Cámara al Hombro: Roban diseños e identidad cultural de mujeres artesanas indígenas de Chiapas
La empresa Zara y otras trasnacionales han robado impunemente textiles y bordados de pueblos originarios indígenas de Chiapas, al sur de México; sin tomar en cuenta a las artesanas.
Estos bordados son conocimientos milenarios que tienen las artesanas y lo único que piden es defender sus tradiciones y a su vez que la comercialización de sus prendas tenga como resultado ganancias para ellas y sus familias, pues viven en comunidades en donde la pobreza es el sello principal.
Para ello están capacitándose con cursos acerca de la Ley Federal de Derecho de Autor para hacer valer sus derechos como artesanas y no permitir que sus prendas sean vendidas a bajos costos y sin ganancias para quienes las hacen
Cansadas de vender sus conocimientos milenarios a través de sus prendas a precios bajos así como de ver el robo de sus diseños por parte de extranjeros, surgió en 1996 la Cooperativa Jolom Mayaetik, que significa “Las tejedoras mayas, en lengua tzotzil, que se formó dos años después del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas.
En sus inicios se conformó por tres mujeres que habían estado participando en otra cooperativa de tejedoras y decidieron crear una nueva organización en la que las mismas mujeres indígenas, tsotsiles y tseltales ocuparan todas las posiciones de liderazgo y tomaran todas las decisiones acerca de la producción de sus diseños.
Las mujeres artesanas provienen de las regiones Altos de Chiapas, México.
Ellas han estado trabajando juntas en la búsqueda de nuevas posibilidades que les permite fortalecer a sus familias y la economía de la comunidad.
Ello implica proteger sus diseños, pues han sido engañadas por marcas reconocidas internacionalmente como Zara y Mango quienes han copiado los tejidos y los comercializan sin darles reconocimiento o regalías.
La cooperativa está integrada por 11 grupos indígenas provenientes de 11 comunidades en los municipios de San Andrés Larraínzar, Chamula, Oxchuc, Pantelhó y Chenalhó.
Esta diversidad geográfica les permite ofrecer una amplia gama de diseños tradicionales de los Altos de Chiapas.
Al mismo tiempo, para competir en el mercado internacional y de comercio justo, están diseñando nuevas prendas que incorporan símbolos y técnicas ancestrales, lo único que piden a las autoridades es una ley que las defienda en sus derechos de sus diseños.
La protección a sus diseños se debe a que trabajan con un telar de cintura, un telar de pedal y otras bordan a manos, usando hilo 100% de algodón y lana producida en la región; además en los productos de lana usan solo tintes naturales.
La cooperativa instaló una tienda en donde exhibe los productos, para ello realizaron unas etiquetas para dar a conocer el nombre de las artesanas y sus comunidades de origen, pero ello les causó problemas, pues los diseñadores llegan a copiar los nombres y se acercan directamente para comprar los productos a bajos costos en las comunidades.
Esta cooperativa trabaja con K’inal Antzetik, una asociación civil sin fines de lucro que tiene como propósito el apoyo a las mujeres indígenas para erradicar la discriminación por género que sufren y a la vez ayudarlas también en la protección de sus diseños.
Mujeres indígenas de Chiapas solicitan modificar la Ley Federal de Derecho de Autor para proteger los derechos colectivos, propiedad intelectual y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas.
De esta manera la ley protegería el uso de modelos, dibujos y diseños susceptibles de un uso comercial a través de un sistema especial de registro promoción y comercialización de sus derechos.
Lizeth Coello, Chiapas (Cámara al Hombro).
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