• Cámara al Hombro: Alerta por fiebre amarilla en Brasil
miércoles, 7 de marzo de 2018 6:43

En Brasil aumenta el número de víctimas fatales por causa del brote de fiebre amarilla que fue detectado en varias ciudades. Hasta el momento, las víctimas fatales asumidas oficialmente son 98, 97 de ellas solamente este año.

Entre julio de 2017 y febrero de este año, fueron registrados 357 casos de personas que contrajeron la temida fiebre amarilla. Otros 423 pacientes se encuentran en observación para saber si se trata de la misma enfermedad que ya ha causado casi 100 muertos en todo el país.

Fue exactamente lo que ocurrió con la víctima más reciente, Adilson Esteves Cypriano, de 48 años, quien murió por falencia múltiple de los órganos, ocasionada por la fiebre amarilla.

Cypriano estuvo cuatro días internado en un hospital aquí, en Sao Paulo. Su hermano, que lo acompañó durante este tiempo, está sorprendido, ya que Adilson llegó a liberado, pero dos días después, se agravó su cuadro.

De acuerdo con los especialistas, el Gobierno de Michael Temer falló en la política de explicación y tratamiento de los focos de fiebre amarilla, que estaban concentrados en los sectores de la selva, lo que acabó sembrando el pánico y el temor a contraer la enfermedad en las zonas urbanas. La falta de información acabó ocasionando una corrida a los puestos de salud.

Hasta el momento, no se tiene conocimiento exacto de lo que pueda haber provocado el aumento de esta enfermedad, que estaba erradicada de la zona urbana desde 1942. A lo largo de las décadas, el mapa de los lugares donde se recomienda la vacunación contra la fiebre amarilla se ha ido ampliando.

Un estudio de la Fundación Getulio Vargas -un importante centro educacional de Brasil- indica que la demora y la falta de planificación de las acciones preventivas, sumado a la pésima distribución de los fondos públicos, que no consideran las ciudades más afectadas y donde ocurrieron las muertes, facilitaron el avance de la fiebre amarilla en todo el país.

La desconfianza de la población en las autoridades sanitarias, de cierta forma, se justifica. En septiembre del año pasado, por ejemplo, el Ministro de Salud anunció el fin de la epidemia de la fiebre amarilla, que golpeó fuertemente el país en el 2017 y que fue la mayor en cantidad de casos en seres humanos contaminados desde la década de los 80.

Pero al mes siguiente, aparecieron centenas de monos muertos, todos ellos infectados por la fiebre amarilla. A partir de ese momento el número de personas afectadas por esta grave enfermedad solamente ha aumentado.

akm/anz/rba

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