• Cámara al Hombro - Museo de la Resistencia Libanesa
miércoles, 22 de noviembre de 2017 6:24

El Líbano, un pequeño pero castigado país donde la sociedad cura cada día las cicatrices de las guerras y la ocupación israelí.

A 82 km dirección sur de la capital, Beirut, la fauna y la flora alcanzan una fulgurosa magnificencia.

Es aquí en las zonas más altas del sur de El Líbano donde se alza el Museo de la Resistencia Libanesa. Donde la tierra habla con el cielo. Bienvenidos, bienvenidas a Mlita.

A primera vista parece un museo militar con restos de batallas colocados con un toque artístico. Lo primero que nos preguntamos es por qué construir un lugar como este.

Así nació el primer museo conceptual sobre la resistencia en el mismo lugar donde los combatientes se organizaron para luchar contra el Ejército israelí.

En el abismo se encuentran dos de las más famosas imágenes de Mlita: el tanque Merkava IV, orgullo de la industria militar israelí hecho un nudo y una gran tela de araña.

Los visitantes, de todos los credos y procedencias del mundo, miran con una mezcla de horror y asombro el monumento realizado con varios de los 350 barriles lanzados por Israel en 1993, así como las bombas racimo de 2006.

Continuamos nuestra visita a través de un frondoso bosque de robles. Pasamos junto al búnker que representa el lugar donde el Seyed Abbas al Mossawi ofrecía sus discursos religiosos a los combatientes.

Este túnel fue usado por la resistencia libanesa hasta el año 2006 para combatir la ocupación israelí. Cerca de 1000 hombres excavaron 350 metros cuadrados de roca montañosa. El túnel servía como sala de operaciones, conectado a ventilación y al suministro de luz y de agua.

Mlita se ha convertido en un propulsor de la economía rural. Está planeado ampliar la oferta turística y que los visitantes acudan a este paraje natural a disfrutar de la unión entre la tierra y el cielo.

akm/anz/tas

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