Foro Abierto - El Salvador: Debate sobre la privatización del agua
El reciente proyecto de ley sobre el agua presentado por el bloque de partidos de derecha, encabezado por la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) constituye un intento de privatización de un recurso vital para explotarlo como una mercancía más.
Frente a esta postura el Gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), libra una batalla por legislar la gestión responsable y sostenible del agua, que garantice su abasto a una nación de alta densidad poblacional.
La formación de izquierdas presentó en 2006 un anteproyecto de ley, cuyo análisis ha sido sospechosamente demorado en el Parlamento con mayoría de la derecha.
La nueva iniciativa de Arena y sus formaciones afines ha recibido el inmediato repudio de los grupos ambientalistas y movimientos sociales. Según denuncian, la propuesta busca revertir los logros de la legislatura previa, en particular la gestión pública, sustentable y ciudadana del agua. Además, su presentación es vista como una cortina de humo para desviar la atención de los escándalos de corrupción en los que estarían involucrados numerosos políticos de esa alianza conservadora.
La periodista Lola Albiac plantea que ‘la gestión del agua en El Salvador debería ser casi de seguridad nacional. El principal problema con esta Ley es que se le quiere entregar la gestión de este recurso al sector privado’.
Ana Marcela Montanaro, abogada y especialista en derechos humanos, aclara que ‘en este proyecto de ley no hay participación de la población. Un recurso vital como el agua no puede estar en manos de empresas privadas’.
La historiadora Sonia Alda dice que ‘no entiende por qué los salvadoreños creen que el Estado va a hacer una buena gestión del agua. No defiendo la gestión privada, pero deberíamos controlar la gestión pública, que ha sido un desastre’.
Javier Castro Villacañas, periodista y abogado, considera que ‘el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, también tiene responsabilidad en todo esto. No hay que hablar solamente de la Coca-Cola y de las empresas multinacionales’.
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