El miércoles, varios cohetes impactaron contra la base militar Al-Tayi cerca de Bagdad (capital de Irak), donde están desplegadas fuerzas de Estados Unidos. Como consecuencia, tres militares murieron y otros 14 resultaron heridos, entre los que se incluyen estadounidenses, británicos y polacos, según informes.
Pese a que ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha acusado, sin presentar evidencias, a grupos afiliados con Irán de estar detrás de dicho asalto.
En reacción, el portavoz de la Cancillería iraní, Seyed Abás Musavi, ha rechazado este viernes tales acusaciones infundadas y le ha aconsejado a Trump, revisar la presencia y el comportamiento de sus tropas en la región de Asia Occidental.
“En lugar de hacer movimientos peligrosos y lanzar acusaciones sin fundamento, Trump debería revisar a fondo la presencia y el comportamiento de sus tropas en la región y evitar fuertemente (…) recurrir a las acusaciones con el fin de justificar el comportamiento irracional (de sus fuerzas) y escapar de su responsabilidad”, ha agregado.
El vocero del Ministerio iraní de Exteriores ha insistido, además, que tales ataques contra los intereses estadounidenses en Irak son consecuencia de su presencia ilegal en el país árabe. Por ello, ha subrayado que Washington no puede culpar a otros por la reacción del pueblo iraquí al asesinato y matanza de sus comandantes a manos de los estadounidenses.
En represalia por ataque a la base Al-Tayi, EE.UU. ha lanzado la madrugada de este viernes ataques aéreos contra posiciones del Ejército, la Policía y las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak en diferentes ciudades del país árabe, tal y como han informado los medios locales.
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica de Irak (Kataib Hezbolá), ha denunciado los complots de EE.UU. y resalta que los grupos de la Resistencia harán frente, con toda fuerza, a la presencia estadounidense en Irak.
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