“Las acciones del régimen israelí [en Siria] no son defensivas ni accidentales; más bien forman parte de una estrategia deliberada para consolidar la ocupación (…) Tal comportamiento constituye una amenaza directa para la paz y la seguridad regionales”, ha destacado este jueves el representante permanente de Irán ante la ONU, Amir Said Iravani.
El diplomático iraní ha hecho esta y otras afirmaciones en la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre Sira con motivo del primer aniversario de la llegada al poder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) en el país levantino, tras el derrocamiento del presidente Bashar al-Asad el 8 de diciembre de 2024.
Tras afirmar que el pueblo sirio sigue enfrentándose a graves dificultades sociales en varios campos, como humanitario, económico y de seguridad durante el último año, ha señalado que las actividades de los grupos armados fuera del control de las autoridades sirias contra los civiles y minorías “constituyen una grave amenaza para la paz, la estabilidad y la cohesión nacional”.
Asimismo, ha advertido del resurgimiento del grupo terrorista Daesh en Siria y precisado que el aumento de la capacidad operativa de esta banda extremista representa una amenaza para la nación siria y toda la región.
“Irán condena enérgicamente el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y reitera que la lucha contra este fenómeno debe ser integral, no selectiva y plenamente acorde con el derecho internacional, respetando de manera absoluta la soberanía y la integridad territorial de la República Árabe Siria”, ha manifestado.
Israel busca consolidar y normalizar ocupación de territorios sirios
En cuanto a las incursiones, ataques y presencia militar del régimen de Israel en algunas partes de Siria durante el último año, Iravani ha aseverado que estas medidas israelíes, intensificadas recientemente, están “orientadas a consolidar y normalizar la ocupación del territorio sirio”.
Al condenar la agresión letal de Israel contra la localidad de Beit Jinn, cerca de la capital, Damasco, en noviembre, el representante iraní ha dicho que la matanza de civiles constituye “crimen de guerra”.
“Esta agresión, así como la resistencia de los habitantes locales frente a las acciones agresivas del régimen israelí, con el apoyo del gobierno provisional sirio, pone claramente de manifiesto las consecuencias inevitables y desestabilizadoras de una ocupación prolongada y de la reiteración constante de actos de agresión”, ha resaltado.
De igual manera, ha aseverado que el CSNU no puede ser pasivo ante dichas violaciones, recalcando que, si los apoyos de este ente internacional a la soberanía de Siria no se acompañan de acciones concretas y efectivas para obligar a Israel a cumplir sus obligaciones, “carece de sustento legal y se reduce a meras palabras vacías”.
Al hacer alusión a los apoyos de EE.UU., como un miembro permanente del CSNU, a las agresiones de Israel en Siria, ha señalado que dichas medidas solo conducen a “la normalización y legitimación de la ocupación”, dejando sin efecto e inaplicables las resoluciones del CSNU.
Al final, el representante iraní ha puesto de relieve que Irán, como vecino fronterizo, considera la estabilidad y la integridad territorial de Siria como un “elemento fundamental” para la paz y la seguridad regional.
Tras la caída del gobierno del presidente sirio Bashar al-Asad el 8 de diciembre, el régimen israelí abandonó el acuerdo de alto el fuego de 1974 y comenzó una serie de infiltraciones y operaciones en zonas civiles de una Siria dirigida por el gobierno interino de Abu Mohammad al-Golani.
En este contexto, las fuerzas israelíes han intensificado sus ataques aéreos y de artillería contra posiciones militares sirias en el sur y los alrededores de Damasco.
Altos funcionarios israelíes han afirmado públicamente su intención de conservar el control de estos enclaves, lo que ha desatado protestas entre la población.
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