Así lo reveló el sábado el diario The Wall Street Journal (WSJ), citando a varios funcionarios estadounidenses con conocimiento de la operación llevada a cabo el martes en Doha.
Según el informe, el ataque secreto involucró a ocho cazas F-15 y cuatro F-35, que volaron unos 1500 kilómetros (932 millas) hasta el mar Rojo, al otro lado de la Península Arábiga, desde donde lanzaron misiles balísticos desde el aire sobre Arabia Saudí en la capital catarí.
Las fuentes indicaron que Israel posicionó estratégicamente sus aviones de combate en el mar Rojo y lanzó misiles al espacio para evitar acusaciones de violación del espacio aéreo de Arabia Saudí.
WSJ informó además que la ruta de vuelo elegida por Israel permitió que el ataque evitara el espacio aéreo de los Estados árabes y se ejecutara rápidamente, lo que le dio a Estados Unidos poco tiempo para objetar.
Las fuentes afirmaron que Israel notificó al ejército estadounidense del inminente ataque contra líderes del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en Catar minutos antes del ataque, sin proporcionar inicialmente información precisa sobre el objetivo.
Sin embargo, las fuentes afirmaron que sensores espaciales estadounidenses detectaron el lanzamiento y la trayectoria de los misiles, confirmando Doha como el destino. Sin embargo, esta información no llegó a tiempo al gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, para prevenir el ataque, agrega WSJ.
Un alto funcionario de defensa estadounidense describió la operación como “absolutamente inimaginable”, afirmando que “el aviso se dio tan cerca del lanzamiento de los misiles que no hubo forma de revertir o detener la orden”.
El ataque israelí contra una reunión de líderes de HAMAS en una zona residencial en Doha causó la muerte de cinco miembros del grupo y un oficial de seguridad catarí. La agresión, que constituyó una flagrante violación de la soberanía nacional de Catar, desató una ola de rechazos y condenas en toda la región, mientras que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que Tel Aviv atacaría a HAMAS en otros países.
Washington considera a Catar, que alberga su principal base militar en Asia Occidental, la base aérea Al Udeid, ubicada en el desierto a las afueras de Doha, un aliado clave en el Golfo Pérsico.
Catar había acogido a HAMAS y actuado como mediador clave en las negociaciones de alto el fuego entre el movimiento de Resistencia palestino y el régimen israelí.
Tras el ataque mortal, Catar condenó el “cobarde” ataque de Israel como “terrorismo de Estado” y prometió responderlo.
La monarquía catarí pronto celebrará una cumbre árabe-islámica de emergencia en Doha para abordar los ataques aéreos israelíes contra su suelo.
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