El jefe adjunto del Centro ruso para la Reconciliación de las partes en conflicto en Siria, Yevgeny Gerasimmov, denunció el domingo que los miembros del grupo extremista Hayat Tahrir Al-Sham (HTS) sacan uso de los vehículos con el emblema de la organización terrorista “cascos blancos” para bombardear las localidades en la zona de desescalada de la provincia siria de Idlib (noroeste), y los campos de las provincias de Alepo (noroeste) y Latakia (oeste).
De hecho, detalló el funcionario ruso, los terroristas de HTS realizaron el sábado 16 ataques, incluyendo ocho en Idlib, cinco en Alepo y uno en Latakia.
Los ‘cascos blancos’, que proclaman ser una oenegé humanitaria, son conocidos por su coordinación con bandas ultraviolentas en Siria para llevar a cabo ofensivas.
Moscú y Damasco acusan a dicha organización y a los extremistas de buscar perpetrar ataques químicos con el fin de incriminar falsamente a las fuerzas del Ejército sirio y fabricar así pretextos para ataques militares contra el país árabe.
Este mismo escenario tuvo lugar en abril de 2018, cuando EE.UU., el Reino Unido y Francia realizaron una serie de bombardeos aéreos contra Siria por un presunto ataque con armas químicas en la ciudad de Duma, ubicada a unos 10 kilómetros al noreste de la capital, Damasco.
Además, los llamados ‘cascos blancos’ han estado involucrados en otros actos de terror, como la extracción forzada de órganos de civiles.
Por su parte, el presidente sirio, Bashar al-Asad, consideró en su día a los ‘cascos blancos’ una rama del grupo terrorista Frente Al-Nusra (autodenominado Frente Fath Al-Sham), y una especie de “maniobra de relaciones públicas” de EE.UU., el Reino Unido y Francia.
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