“El asesinato del teniente general iraní Qasem Soleimani y [del subcomandante iraquí] Abu Mahdi al-Muhandis en una visita oficial a Irak asestó un golpe letal a todos los principios del derecho internacional y dejó un impacto devastador en la seguridad regional”, ha enfatizado este jueves la representante iraní Maryam Safari durante la 49.ª sesión de Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) en Ginebra (Suiza).
Representante de organizaciones no gubernamentales de Irán se ha pronunciado en esta sesión sobre la lucha del país persa contra el terrorismo a nivel nacional y regional y han denunciado la inacción del Consejo de Derechos Humanos de la ONU ante “el terrorismo de Estado de Estados Unidos”.
Al leer la declaración de Irán, Safari ha señalado las nuevas formas de terrorismo y extremismo y precisado que hace dos años el entonces presidente de EE.UU. Donald Trump ordenó el asesinato del teniente general iraní, quien “fue el pionero en la lucha contra el terrorismo en Asia Occidental”.
La nota afirma que, si había alguna duda en el pasado sobre el apoyo de Washington al terrorismo, el asesinato de Soleimani “confirmó que Estados Unidos busca la insurgencia, la violación de la paz y la seguridad y sacrificar los derechos humanos”.
Países europeos se han convertido en “refugio seguro” de terroristas
Según la declaración, los países europeos, en vez de enjuiciar a los autores de los atentados terroristas, los albergan de manera que elementos terroristas entrenados viven y circulan libremente en toda Europa y tienen el podio en los medios de comunicaciones.
“Esta es una clara evidencia de multilateralismo y enfoques selectivos en la lucha contra el terrorismo”, ha resaltado.
El general Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, y Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, junto con sus compañeros cayeron mártires en un ataque perpetrado el 3 de enero de 2020 por EE.UU. en Bagdad, la capital iraquí.
Ambos comandantes eran admirados por las naciones musulmanas por haber eliminado al grupo terrorista Daesh, patrocinado por Estados Unidos, en la región de Asia Occidental, especialmente en Irak y Siria.
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