Según los datos ofrecidos el sábado por la Cartera brasileña, 73 personas más también han perdido la vida por el nuevo coronavirus, denominado COVID-19, una cifra que asciende a los 432.
De hecho, el número de casos positivos de COVID-19 ha alcanzado los 10 278 en Brasil y, de este modo, el gigante suramericano se consolida como el país más afectado actualmente por la pandemia en América Latina.
Hasta el momento, solo dos estados no han confirmado casos de coronavirus, Acre y Tocantins, mientras que Sao Paulo continúa siendo el estado que más contagios concentra, con 4466 casos confirmados y 260 muertes por el mortal virus, seguido de Río de Jainero.
“Nuestra curva está tranquila, está por debajo de las curvas que tenían España, Italia y Estados Unidos en este período”, aseguró el secretario ejecutivo del Ministerio de Salud, Joao Gabbardo dos Reis, en una rueda de prensa realizada en Brasilia.
Eso mientras que en tan solo una semana, la tasa de letalidad del coronavirus en el país subió del 2,9 % al 4,2 %, y según las autoridades sanitarias, el 81 % de los óbitos corresponden a personas por encima de los 60 años.
En distintas ocasiones, el citado Ministerio brasileño ha reiterado que el número real de casos puede ser mayor, ya que solo se examinan casos críticos de pacientes internados en hospitales, y hay casos represados a la espera de confirmación.
Pese a estas cifras y contrariamente a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aplicadas por casi todos los países de la región, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se opone a aplicar el aislamiento social, porque considera que provocaría un “desastre”.
La popularidad de Bolsonaro ha caído en picado en Brasil por sus terribles políticas y negligencia en la gestión del COVID-19, según una encuesta realizada esta semana por Datafolha.
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