Publicada: martes, 9 de septiembre de 2025 19:24

La región del Caribe atraviesa una de sus mayores tensiones militares de las últimas décadas, con Estados Unidos y Venezuela como protagonistas de un enfrentamiento

El enfrentamiento combina despliegues navales y aéreos masivos, maniobras estratégicas y una pugna geopolítica sobre recursos naturales y soberanía.

La escalada comenzó con la decisión de Washington de enviar tropas y buques de guerra al sur del Caribe, supuestamente para combatir el narcotráfico. Sin embargo, Caracas ha denunciado que estas acciones constituyen una amenaza directa a su soberanía y estabilidad regional, considerando que EE.UU. no solo ha desplegado fuerzas convencionales, sino también submarinos nucleares y aviones de última generación, capaces de ejecutar ataques estratégicos.

Para Venezuela, la operación estadounidense refleja una intervención imperialista con fines políticos y económicos, diseñada para presionar al Gobierno de Nicolás Maduro, desestabilizar el país y controlar sus recursos estratégicos, principalmente petróleo y gas natural. El país suramericano posee las mayores reservas de crudo del planeta, estimadas en unos 300 mil millones de barriles, y gas natural suficiente para figurar entre los diez primeros países productores del mundo, lo que explica el interés de potencias extranjeras en la región.

A ello se suma el contexto internacional: las relaciones comerciales de Venezuela con China alcanzaron los 6,4 mil millones de dólares en 2024, fortaleciendo la cooperación económica y tecnológica entre ambos países y limitando la capacidad de Washington para actuar unilateralmente. Además, la disputa territorial con Guyana y la explotación de campos petroleros estratégicos como el Stabroek Block han elevado la importancia geopolítica del Caribe, generando tensiones adicionales.

El Gobierno venezolano ha respondido a estas amenazas con una estrategia de defensa integral, movilizando milicias, reforzando su fuerza aérea y naval, y recurriendo a la diplomacia regional a través de organismos como la CELAC. Estas acciones buscan no solo proteger la soberanía nacional, sino también enviar un mensaje de resistencia ante la presión militar y económica de Estados Unidos, evidenciando que Caracas mantiene control sobre su territorio y recursos estratégicos.

En este escenario, la confrontación entre EE.UU. y Venezuela se ha convertido en un ejemplo de la compleja dinámica entre potencias externas y gobiernos soberanos en América Latina, donde la defensa de la autonomía nacional y los recursos estratégicos choca con los intereses políticos y económicos de Estados Unidos.

Cronología de los acontecimientos

14 de agosto – Orden de EE.UU. para despliegue militar en el sur del Caribe

El Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) emitió la orden de desplegar fuerzas aéreas y navales en el sur del Mar Caribe. Según Washington, el objetivo de esta acción era “contrarrestar los carteles de drogas activos en la región” y se alineaba con la política de Donald Trump de usar la fuerza contra organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico. Sin embargo, Venezuela interpreta esta decisión como una amenaza directa a su soberanía.

Previamente, el 7 de agosto, el Gobierno de Trump ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por información que condujera a la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El Gobierno de Trump lo presentó como líder de una organización criminal llamada “Cartel de los Soles” y lo acusó de colaborar con grupos criminales como “Tren de Aragua” y el cártel de Sinaloa.

Esta acción representa el mayor despliegue de fuerzas estadounidenses en la región desde la invasión a Panamá en 1989.

Caracas acusó a Washington de violar el Tratado de Tlatelolco (1967) – que declaraba a América Latina y el Caribe como zona libre de armas nucleares – y afirmó que EE. UU. había enviado un “submarino nuclear” a aguas cercanas a Venezuela.

Por su parte, la delegación de Venezuela ante la ONU condenó el “incremento de acciones hostiles” de Washington y calificó la presencia de buques como el USS Lake Erie (crucero de misiles guiados) y el USS Newport News (submarino nuclear de ataque rápido) como una amenaza seria para la paz regional.

18 de agosto – Movilización de 4,5 millones de milicianos en Venezuela

En respuesta a la orden de despliegue de fuerzas estadounidenses, Maduro anunció la movilización de 4,5 millones de milicianos en todo el país.
Subrayó que “ningún imperio tocará la sagrada tierra de Venezuela” y desestimó lo que consideró una “amenaza a la paz” de su país.

19 de agosto – Envío de 4000 soldados estadounidenses cerca de Venezuela
Cinco días después de la orden inicial, el gobierno de EE. UU. confirmó el envío de 4.000 efectivos militares en tres buques de guerra: USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, todos equipados con el sistema de misiles guiados Aegis. Washington calificó la operación como parte de los esfuerzos para interceptar cargamentos de drogas que, según sus reportes, se envían desde Sudamérica hacia EE. UU.

23 de agosto – Movilización militar masiva en Venezuela
En respuesta directa al despliegue de EE.UU., el Gobierno venezolano inició campañas de inscripción para las milicias populares. Miles de seguidores del gobierno y empleados estatales se registraron en plazas y cuarteles de Caracas para unirse a estas fuerzas, establecidas en 2009 por iniciativa de Hugo Chávez y integradas en 2020 a la estructura de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

Según el Gobierno, se espera que el número de inscritos alcance 2,8 millones, todos formando parte del plan de defensa nacional.

26 de agosto – Expansión del despliegue naval de Washington

Una semana después del primer envío de buques, EE.UU. anunció que aumentaría su presencia militar en el Caribe. Según el plan, nuevas unidades entrarían a la región durante la primera semana de septiembre, incluyendo:

  • USS Lake Erie (crucero de misiles guiados)
  • USS Newport News (submarino nuclear de ataque rápido)

La cobertura de medios como Reuters indicó que la operación de EE.UU. no era temporal y apuntaba a una escalada de tensiones.

26 de agosto – Respuesta de Venezuela con despliegue militar propio

El mismo día, Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Venezuela, confirmó que Caracas también había activado su disposición militar en varios frentes:

  • Drones con misiones diversas
  • Estaciones de servicios ciudadanos
  • Operaciones de reconocimiento y vigilancia
  • Patrullas navales de los infantes de marina
  • Patrullas en el Lago de Maracaibo y el Golfo de Venezuela
  • Buques más grandes en aguas territoriales del norte del país

El objetivo era mostrar capacidad de respuesta y brindar tranquilidad a los ciudadanos frente al aumento de tensiones.

26 de agosto – Solicitud de Venezuela a Guterres frente a “amenazas” de EE.UU.

El Gobierno venezolano solicitó apoyo a António Guterres, secretario general de la ONU, expresando preocupación por “el despliegue de unidades militares e incluso armas nucleares” de EE.UU. en el Caribe.

1 de septiembre – Maduro alerta de la “mayor amenaza continental en un siglo”

En un discurso televisado, Nicolás Maduro advirtió: “Venezuela enfrenta la mayor amenaza de los últimos 100 años en el continente”.

Comparó la situación actual con crisis de la Guerra Fría y declaró que la soberanía de Venezuela estaba siendo atacada directamente por Washington.

1 de septiembre – Amenaza de Maduro con declarar “armamento general”

Ese mismo día, Maduro dio detalles nuevos: ocho buques de guerra estadounidenses con 1200 misiles y un submarino nuclear apuntaban hacia Venezuela.

Calificó la situación como “anormal, injustificada, inmoral y totalmente criminal”, comparándola con la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962.

Advirtió que, si la agresión continuaba, estaba listo para poner al país en estado de “armamento general”.

1 de septiembre – Reunión extraordinaria de CELAC

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), presidida por Colombia en ese periodo, realizó una reunión virtual de ministros de Relaciones Exteriores para evaluar la crisis.

Yván Gil, canciller de Venezuela, advirtió que más de 4000 soldados estadounidenses entrenados estaban listos para atacar el territorio venezolano.

La canciller de Colombia, Rosa Villavicencio, rechazó las amenazas militares y alertó sobre riesgos para la seguridad humana, el comercio y la economía regional.

Los ministros de CELAC reiteraron el principio de que América Latina y el Caribe son una “región de paz”.

2 de septiembre – Ataque de EE. UU. a un buque en el Caribe

El Gobierno estadounidense anunció la destrucción de un barco vinculado a la organización criminal transnacional “Tren de Aragua” en el Caribe, con 11 personas muertas calificadas de “terroristas”.

Donald Trump publicó imágenes de la operación, considerándola parte de la “lucha contra el narcotráfico”: “Grandes cantidades de drogas llegan desde Venezuela… por eso las destruimos”.

Venezuela acusó a Washington de difundir información falsa y afirmó que el video presentado como prueba fue generado por inteligencia artificial.

4 de septiembre – Vuelo de aviones venezolanos sobre buque de guerra estadounidense

Según EE.UU., dos cazas F-16 de las Fuerzas Armadas de Venezuela volaron sobre el buque de guerra de misiles Jason Dunham en el sur del Caribe, interpretado como una demostración de poder militar venezolano.

5 de septiembre – Despliegue de aviones F-35 de EE. UU. en Puerto Rico

Washington ordenó el despliegue de 10 aviones F-35 en un aeropuerto de Puerto Rico. Desde la perspectiva de Caracas, esta acción era provocativa y confirmaba la amenaza militar directa.

6 de septiembre – Amenaza de Trump de derribar aviones venezolanos

El presidente estadounidense advirtió que “si los aviones de Venezuela vuelan sobre los buques de la Marina (de EE.UU.) y ponen en peligro su seguridad, serán derribados”.

7 de septiembre – Venezuela refuerza su defensa fronteriza con 25 000 efectivos militares

Maduro informó del envío de la FANB y el despliegue de 25 000 efectivos para reforzar las Operaciones de las Unidades de Reacción Rápida (URRAS) en la Zona Binacional de Paz con Colombia y la fachada caribeña. 

“Esta movilización tiene como objetivo primordial la defensa de la soberanía nacional, la seguridad del país y la lucha por la paz”, enfatizó Maduro.

8 de septiembre – Secretario de Guerra de EE.UU. visita Puerto Rico

Luego de una semana de tensiones entre EE.UU. y Venezuela, el secretario de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, visitó el buque USS Iwo Jima, localizado en el Caribe además de Puerto Rico donde se reunió con las autoridades de la isla.

Insistió a tropas a bordo del buque en que no están participando en un “entrenamiento”, sino en “un ejercicio real”.

Se personó hoy también en la Base Aérea Muñiz de Puerto Rico (donde está previsto que se desplieguen pronto cazas F-35 estadounidenses) acompañado por la gobernadora local, Jenniffer González, en un momento en que algunas voces en la isla reclaman que no se “remilitarice” el territorio.

Fuerzas estadounidenses desplegadas en el Caribe

  • Hasta ahora, el Pentágono ha desplegado en la región 8 buques de guerra, varios aviones de patrulla P-8 y un submarino de ataque. No se disponen de detalles precisos sobre los objetivos y la ubicación de las fuerzas.
  • El grupo anfibio Iwo Jima incluye los buques USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale con 4500 marinos, así como la unidad 22 de infantes de marina con 2200 efectivos cerca de Puerto Rico. El Iwo Jima está equipado con aviones AV-8B Harrier.
  • Dos buques de guerra con misiles, USS Jason Dunham y USS Gravely, están operando en el sur del Caribe, y un tercer buque, USS Sampson, podría unirse próximamente a la región. Estos buques son de la clase Arleigh Burke y cuentan con más de 90 misiles, incluidos misiles tierra-aire, capacidades de guerra antiaérea y antisubmarina, y sistemas de interceptación de misiles balísticos.
  • Además, el crucero de misiles USS Lake Erie y el buque de guerra costero Minneapolis-St. Paul también están activos en el Caribe.

¿Cuáles son los posibles objetivos del despliegue de fuerzas estadounidenses?

La magnitud de este despliegue ha generado especulaciones sobre el verdadero objetivo de Trump, incluyendo presionar o provocar a los opositores de Venezuela para que se subleven y derroquen al gobierno.

Según expertos, las fuerzas estadounidenses presentes en el Caribe superan la cantidad necesaria para combatir el narcotráfico, pero no son suficientes para llevar a cabo un ataque terrestre amplio contra Venezuela. No obstante, los comandantes de operaciones especiales podrían realizar misiones específicas, incluidas acciones terroristas o detenciones en territorio venezolano desde los buques desplegados.

La historia muestra que tales despliegues militares estadounidenses suelen ser un preludio de acciones mayores, como la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989.

En diciembre de 1989, el gobierno de George H. W. Bush envió a más de 20 000 soldados estadounidenses para invadir Panamá y capturar al dictador de ese país, Manuel Noriega.

En efecto, estas acciones que algunos llaman ‘diplomacia de cañonero’, tienen múltiples objetivos simultáneos: ejercer presión sobre el Gobierno de Venezuela, demostrar el poder de Estados Unidos en la región, satisfacer a los opositores venezolanos tras el acuerdo petrolero con Chevron, enviar un mensaje directo a otros actores globales como China, presionar al Gobierno de Venezuela para el retorno de migrantes y proteger los intereses en el asunto de Guyana.