Publicada: domingo, 14 de diciembre de 2025 21:45

El festival ‘Cinema Verité’ en Teherán se consolida como una plataforma global de resistencia visual, redefiniendo la narrativa de Irán a través del cine documental.

Por: Sheida Eslami *

En un momento en el que los medios globales siguen reproduciendo una imagen politizada de Irán, el Cinema Verité en Teherán se erige como una respuesta cultural clara a tales representaciones: una plataforma para ver Irán no a través de los titulares de noticias, sino a través de los ojos de los propios iraníes.

Ahora en su decimonovena edición, el festival internacional de documentales ya no es simplemente un evento artístico. Se ha convertido en un fenómeno mediático que demuestra cómo Irán ha entrado en un diálogo de la verdad con el Sur Global a través del lenguaje visual.

Organizado bajo la dirección de Mohammad Hamidi-Moghaddam, desde el 10 hasta el 16 de diciembre de 2025, la edición de este año busca reexaminar la relación entre realidad, memoria y legitimidad en la era de la “des-imagen global”.

El prestigioso festival es organizado por el Documentary, Experimental and Animation Film Center (DEFC), una institución que ha transformado en las últimas décadas la realización de documentales de una “marginalidad artística” a uno de los pilares de la autoconciencia colectiva y la resistencia visual entre los iraníes.

Estructura nacional en la intersección de memoria y simultaneidad

El Cinema Verité se ha convertido ahora en una vitrina de honores para los cineastas iraníes, una oportunidad que pocos otros festivales documentales pueden ofrecer.

El éxito de los documentalistas iraníes en el Cinema Verité no es ni accidental ni repentino. Es acumulativo y se profundiza de manera constante.

En la edición decimonovena, la competencia entre los documentalistas iraníes se despliega con 23 películas en la Competencia Nacional de Documentales Largos, 25 películas en la Competencia Nacional de Documentales Cortos, 20 películas en la Competencia Nacional de Documentales de Media Duración, 24 películas en la sección del Premio Mártir Avini, y 18 películas en la sección de Documentales Estudiantiles.

La nueva sección competitiva “Irán”, añadida por primera vez en esta edición, se dedica a proyectar documentales que adoptan un enfoque humanista, nacional y realista sobre la experiencia del ataque del régimen sionista contra Irán en junio, y sus consecuencias sociales, psicológicas y culturales.

Con tres obras seleccionadas, esta sección se enfoca en narrativas populares, resistencia civil, solidaridad social y vida cotidiana en medio de la crisis. Estas películas, a través de la honestidad y la creatividad, lejos de los clichés, representan una experiencia compartida de perseverancia.

Las diversas dimensiones de la resistencia, junto con la atención a la esencia de la vida y la antigua historia de Irán como una tierra integrada que nunca se ha rendido a la cultura, el temperamento o la conducta extranjera, son consideradas como las principales fortalezas de estas obras.

En consecuencia, “Irán Integrado”, “Civilización Antigua” y la “Guerra de Doce Días” son tres ejes que reflejan tres aspectos de la política cultural de Irán: por un lado, un énfasis en la unidad y una identidad nacional singular bajo la bandera iraní, junto con la reconstrucción histórica y la memoria civilizacional que funcionan como capital simbólico en el discurso artístico oficial; y por otro lado, el deseo de documentar eventos contemporáneos como la guerra de doce días, otorgando a los documentalistas iraníes un espacio para actuar como testigos narrativos y abordar el periodo más sensible y significativo de confrontación abierta entre Irán y sus enemigos externos desde la guerra impuesta de ocho años en la década de 1980.

Mientras que los documentalistas iraníes en años anteriores se preocupaban principalmente por expresar la realidad dentro de un marco estético autóctono, este año el énfasis está en articular la realidad en confrontación con la lógica de los medios globales.

Por esta razón, la sección “Irán” del festival se ha convertido en un campo de pruebas para nuevos lenguajes documentales en Irán, que van desde narrativas personales y psicológicas hasta obras cuasi-experimentales y semióticas que abordan la memoria nacional en el ámbito de la defensa y la resiliencia.

Presencia en el escenario internacional a través de la diversidad y los cruces de conexiones

En la sección de competencia internacional, la presencia de 59 películas de 43 países a través de varias subcategorías forma el punto focal del discurso global del Sur-Sur.

Los títulos y geografías son vastos: desde Indonesia, Namibia, Austria, México y Túnez hasta Dinamarca, Polonia, Kazajistán y Chile. Aunque esta diversidad pueda parecer dispersa a simple vista, lleva consigo una concentración temática distintiva.

Si se lee las obras seleccionadas como un “mapa mental”, la conclusión es clara: desde las cuestiones identitarias hasta la crisis climática y el capitalismo tardío, desde los refugiados y el desplazamiento forzado hasta narrativas de pequeña escala pero profundamente significativas incrustadas en la vida diaria y las experiencias conmovedoras, desde la vida durante la guerra y las realidades postbélicas hasta los desafíos que enfrentan los humanos contemporáneos en los márgenes del poder global, todo converge lado a lado.

Esta composición transmite implícitamente un mensaje político: Teherán en 2025 se erige como uno de los puntos nodales del diálogo documental entre Asia, África, América Latina y Europa, no como una periferia pasiva, sino como un anfitrión y coordinador de este diálogo.

De hecho, en lugar de servir como un escenario para la presencia de Irán en el mundo, el festival Cinema Verité se ha convertido en una plataforma donde el mundo reconoce a Irán como el anfitrión de un diálogo que produce la verdad.

Este cambio lleva consigo una implicación política sutil pero efectiva: Teherán se ha convertido en un centro para la convergencia de experiencias documentales de regiones olvidadas: desde la guerra hasta la migración, desde el clima hasta la memoria histórica.

Sección Gaza y el fortalecimiento del cine de resistencia global

La sección especial de Gaza (dentro del segmento internacional), que presenta 10 documentales extranjeros, junto con la sección especial “Irán”, representa la manifestación más prominente de atención a un cine conceptual emergente en el discurso global: la resistencia.

Dejando de lado cualquier defecto técnico o estético de estas obras, la mera presencia de esta sección constituye una declaración cultural: un énfasis en el cine documental de resistencia cuyo centro semántico comienza en Asia Occidental y el Norte de África y se extiende hasta América Latina y el Sur de Europa.

Películas como Gaza: A Stolen Childhood (Palestina/Catar), Notes on an Exile (Brasil/Palestina) y Free Words: A Poet from Gaza (Egipto/Turquía), entre otras, operan a través de un lenguaje distintivo. En estos trabajos, la experiencia vivida funciona como un archivo viviente, y cada fotograma va más allá de representar la realidad para hacer una reclamación epistemológica sobre el acto de ver en sí mismo.

Desde esta perspectiva, la inclusión de estas obras en un festival iraní va más allá de un mero apoyo al pueblo de Gaza. Representa una forma de sinergia epistémica entre los Sur Globales, algo que rara vez se ve en el espacio mediático global y ahora se manifiesta en la atención internacional a una franja de tierra empapada en sangre en Palestina tras la operación Tormenta de Al-Aqsa del 7 de octubre.

Contribuyendo a la producción y gestión del conocimiento documental

La credibilidad internacional del Cinema Verité en su decimonovena edición se ha fortalecido con un programa de talleres y clases magistrales especializadas de diez partes, desde “Estrategia en la recreación de la verdad” con el documentalista serbio Goran Radovanović hasta “Narrativas híbridas entre documental y ficción” impartido por Nishtha Jain (India), así como “Rompiendo el ruido de las marcas: Elección consciente de cámara” con Morteza Yanbajsh y “Fotografía y Cinematografía Subacuática” con Ramin Ardastani.

Este programa demuestra que el festival no se ve a sí mismo únicamente como un lugar para la proyección de películas, sino también como un laboratorio para avanzar en el lenguaje y las técnicas de la realización documental, desde la interacción con la inteligencia artificial hasta una incursión seria en la realidad virtual y experiencias intermediales.

Los talleres especializados de este año, que abarcan desde inteligencia artificial, realidad virtual, montaje histórico y más, demuestran que Cinema Verité ya no es solo un exhibidor de cine. Está configurando el conocimiento documental nacional al aprovechar las experiencias globales.

Esta orientación puede verse como una extensión de un enfoque que prioriza la construcción de una infraestructura intelectual y tecnológica para el arte de la resistencia y la identidad.

Como sugieren algunos críticos, la inclusión de estos temas (como la IA y el documental híbrido) refleja un esfuerzo por reclamar un dominio tradicionalmente dominado por Occidente, un espacio donde la verdad se reduce a un producto algorítmico, mientras que el festival iraní busca devolverla a un terreno humano.

Se puede decir que el Cinema Verité ha ganado con justicia el título de “el paraíso de los documentalistas”. La realización de este evento significativo afirma la exitosa transición de los valores culturales de Irán del lenguaje político al lenguaje ritual de las imágenes.

Demuestra que Cinema Verité no es solo un festival para visualizar la verdad, sino también un cuerpo de la diplomacia narrativa de Irán: un modelo en el que el documental se convierte en un medio para el diálogo, el análisis de crisis, la recuperación de la identidad y la preservación, basado en una larga historia de lucha, búsqueda de justicia y la relectura de la memoria colectiva.

Si en las primeras décadas de la Revolución Islámica, el cine nacional de Irán estaba encargado de la “representación”, el cine documental actual está comprometido con la “re-narración” —contar la verdad desde abajo, desde la perspectiva del ciudadano, desde el ángulo del cuerpo y la experiencia vivida.

Por esta razón, a finales de 2025, Cinema Verité no es meramente un festival artístico, sino un laboratorio para reconstruir la relación entre el mundo y la imagen iraní —un lugar donde, en lugar de reconstruir el rostro de Irán, se reconstruye el mismo concepto de la verdad.

Cinema Verité representa un enfoque en el que la realización de documentales no es solo un género artístico, sino una herramienta estratégica para presentar a Irán al mundo y para comprender el mundo a través del lente de la verdad y la resistencia, particularmente al destacar la perspectiva de Irán sobre la guerra en Gaza.

Una sección que, al centrarse en el genocidio, el cerco, la resistencia y el poder de la palabra y la imagen, demuestra que la política oficial de borrar y negar imágenes está condenada al fracaso; porque en algún lugar, en los oscuros pasillos del Mellat Cineplex, se proyectan otras imágenes —imágenes que desafían las narrativas dominantes y colocan el centrado en la verdad y la búsqueda de justicia, en lugar de la politización, en el centro del encuadre.

* Sheida Islami es escritora, asesora mediática y crítica cultural basada en Teherán.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV