Un grupo de activistas criticaron duramente al gobierno irlandés por su pasividad ante las atrocidades en Gaza, afirmando que las autoridades priorizan las directrices de la Unión Europea y de Estados Unidos sobre la justicia palestina. Con pancartas, fotos de ocho de los detenidos y cánticos propalestinos, los manifestantes denunciaron la represión británica y exigieron su liberación inmediata.
Algunos participantes comparan la actual huelga irlandesa, con similares ocurridas en 1981, subrayando que los prisioneros del presente están sin cargos formales y sufren una injusticia flagrante. Además, acusan directamente a Keir Starmer y al Partido Laborista británico de manchar el nombre del laborismo con su complicidad en la persecución.
Cinco de los activistas palestinos ya han sido hospitalizados por el deterioro de su salud, mientras exigen que Palestine Action sea retirada de la lista de organizaciones proscritas en el Reino Unido. Esta movilización en Dublín resalta el creciente rechazo internacional a la política sionista y su impacto en los derechos humanos.
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