“Los miembros de esta comisión enfatizaron en la reunión de hoy que los estadounidenses no tienen derecho a extorsionar al pueblo iraní, y que bajo ninguna circunstancia debemos renunciar al enriquecimiento de uranio como un derecho legal de la República Islámica de Irán”, ha comunicado este martes el portavoz de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento Islámico de Irán, Ebrahim Rezai, a la prensa, asegurando que, en las negociaciones con Europa y EE.UU., Irán no renunciará a los intereses de su pueblo.
Rezai ha informado de que la citada comisión ha analizado el reciente informe del director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, sobre la activación del mecanismo Snapback (restablecimiento de sanciones) y otros temas relacionados con las negociaciones sobre el caso nuclear de Irán.
Según ha citado Rezai, el vicepresidente de la comisión y representante de Teherán, el clérigo Seyed Mahmud Nabavian, ha ofrecido una explicación detallada sobre el mecanismo Snapback.
“Según Nabavian, en los párrafos 36 y 37 del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), se prevé un mecanismo de resolución de disputas. Desafortunadamente, si Irán o las partes occidentales se oponen a la implementación del acuerdo, las resoluciones sancionadoras del Consejo de Seguridad, como la resolución 1929 contra Irán, volverán a aplicarse. Por lo tanto, la amenaza de Snapback no debe convertirse en un medio para obtener concesiones de Irán”.
Nabavian ha agregado que, además de los efectos psicológicos, la reactivación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) no tendría un impacto práctico serio en las sanciones, ya que actualmente también están sancionadas las exportaciones de petróleo, las actividades bancarias y financieras, etc.
Este diputado ha afirmado que el problema principal son las sanciones de Estados Unidos y no las del Consejo de Seguridad.
Ha recordado que, en la resolución 1929 del Consejo de Seguridad se pidió a Irán que suspendiera la planta de enriquecimiento de Fordo, mientras que en el JCPOA o resolución 2231 se exigió su cierre. “Asimismo, en la resolución del Consejo de Seguridad se pidió detener la construcción del reactor de agua pesada de 40 megavatios de Arak, mientras que en el JCPOA se exigió rellenar con cemento y destruir dicho reactor”, ha hecho saber.
A su vez, Rezai ha subrayado que, en las resoluciones previas al JCPOA, el Consejo de Seguridad pedía la suspensión del enriquecimiento al 20 %, mientras que en el JCPOA se exige no solo suspender el 20 %, sino también el 10 % y el 5 %, permitiendo solo un enriquecimiento de hasta el 3.67 %.
Irán y EE.UU. han llevado a cabo cinco rondas de discusiones indirectas desde abril con el objetivo de alcanzar un acuerdo que garantice el carácter pacífico del programa nuclear iraní y el levantamiento de las sanciones impuestas unilateral e ilegalmente por Washington a la nación iraní.
El lunes, el portavoz de la Cancillería de Irán, Esmail Baqai, anunció que la próxima ronda de las negociaciones indirectas con Estados Unidos, mediadas por Omán, se celebrará el domingo en Mascate, capital omaní.
Las negociaciones se caracterizaron por repetidos cambios en la postura de Washington y el consecuente rechazo de Teherán de las declaraciones “contradictorias” de la parte estadounidense.
Mientras EE.UU. insiste en el enriquecimiento cero, Irán ve esta exigencia fuera de la mesa de diálogo y lo defiende como una línea roja, al constituir la columna vertebral de su programa nuclear pacífico y un derecho inalienable garantizado por el Tratado de No Proliferación (TNP).
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