En un informe emitido el jueves, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU da cuenta que elementos del grupo paramilitar ‘Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)’ durante una ofensiva para tomar el control de un campo de desplazados azotado por la hambruna en Darfur, en el oeste de Sudán, más de 1000 personas fueron asesinadas, incluido un tercio fue ejecutada sumariamente.
La nota detalla que, durante los meses previos al asalto del 11 al 13 de abril, las fuerzas de FAR bloquearon la entrada de alimentos y suministros al campamento de Zamzam que alberga a casi medio millón de personas desplazadas por la guerra civil.
Durante la toma, los militares de RSF dirigieron ataques contra civiles y los sobrevivientes denunciaron asesinatos generalizados, violaciones, torturas y secuestros, con al menos 319 personas ejecutadas en el campamento o cuando intentaban huir, conforme al documento de la ONU.
“Este asesinato deliberado de civiles o personas fuera de combate puede constituir el crimen de guerra de asesinato”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, en una declaración que acompaña al informe de 18 páginas.
Los hallazgos de esta nota se basan en entrevistas realizadas en julio de 2025 con 155 sobrevivientes y testigos que huyeron al Chad.
Tras la caída de El Fasher el 26 de octubre, último bastión del Ejército en Darfur del Norte, las FAR y milicias aliadas han llevado a cabo masacres y secuestros contra la población civil.
El conflicto ya ha dejado alrededor de 20 000 muertos y 15 millones de desplazados, constituyendo una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo actual.
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