Se trata de la cárcel de Gitarama en Ruanda, a la que varios la consideran como el infierno en la Tierra. La instalación se encuentra en el borde de la selva y está rodeada por una zona totalmente minada.
El recinto tiene una capacidad para 500 personas, pero aloja a 6000 presos, muchos de los cuales mueren por falta de oxígeno.
Asimismo, los presos viven en una situación insalubre en el centro, donde no existe ningún tipo de atención médica por parte del Estado.
Pero, eso no es lo peor. Efectivamente, las instituciones penitenciarias una vez a la semana entregan los alimentos y recogen los cadáveres. Los débiles y enfermos no tienen acceso a la comida y muchos están desnutridos.
La falta de comida en Gitarama, incluso ha obligado a sus residentes a cometer canibalismo. De hecho, unos informes señalan que los prisioneros matan a sus semejantes y luego se comen su carne.
Los presos en Gitarama duermen en el suelo húmedo. El espacio es tan pequeño que los prisioneros se ven constantemente obligados a estar de pie y tomar turnos para descansar. Entretanto, muchas personas pierden sus piernas debido a la fatiga, la inflamación y las infecciones.
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