• ‘Muerte de Soleimani presagia fin del militarismo de EEUU en Irak’
Publicada: domingo, 26 de enero de 2020 15:31
Actualizada: domingo, 26 de enero de 2020 16:01

EE.UU. cometió un “claro crimen de guerra” al asesinar a Qasem Soleimani, un valiente comandante que nunca se escondía, dice un exeurodiputado español.

Javier Couso denunció que EE.UU., al asesinar al que fuera comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, cometió “un claro crimen de guerra”, dado que el militar “no se escondía”, razonó.

En una entrevista concedida a la cadena libanesa Al-Mayadeen, publicada el sábado, el exeurodiputado de Izquierda Unida (IU) aseguró que EE.UU. buscaba ponerle fin a la vida del célebre estratega iraní, pero sabía que no podía hacerlo en Irán o en Siria, por lo que lo hizo en Irak, dado que ese país carece de un eficiente sistema de defensa antiaérea, al contrario que sus vecinos, Irán y Siria.

“Supone, además, una escalada gravísima. A mi juicio, es un claro crimen de guerra, porque, asimismo, se ataca a un militar que no se esconde (...) Sabía perfectamente que en Irak podía asesinarlo”, afirmó Couso, quien también fungió como vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo (PE).

Couso, que se define a sí mismo como ‘antimperialista siempre’ en su perfil de Twitter, consideró, de igual modo, que EE.UU. “traspasó una línea roja” de Irán.

 

EE.UU. pretendía acabar con la idea de la resistencia con la eliminación de Soleimani

Couso destacó que EE.UU. mató a una persona que “había contribuido muchísimo a acabar con el terrorismo”, y que era “muy querida” entre las poblaciones que habían sido liberadas de los extremistas gracias a la planificación estratégica del general Soleimani en los campos de batalla.

El imperialismo, de acuerdo con Couso, buscaba acabar de una vez por todas con la resistencia, pero “no solo de Irán”. “Querían matar todo ese Eje de la Resistencia que integran también El Líbano, los iraquíes; sin embargo, no lo han conseguido. Incluso amenazan a su segundo, por medio de filtraciones, como se ha conocido (…) Les salió mal, no han acabado con la idea”, recalcó.

Couso se refería a las declaraciones de Brian Hook, representante especial del Departamento de Estado de EE.UU. para Irán, quien afirmó abiertamente el jueves que su país no dudaría en asesinar también al sucesor de Soleimani, el general Ismail Qaani.

 

Couso felicita a Irán “su paciencia” ante el asesinato del general Soleimani

El exeurodiputado se refirió también a la limitada respuesta iraní al homicidio del general Soleimani, y “felicitó” a Irán “su contención” y “paciencia”.

El CGRI de Irán lanzó el 8 de enero un ataque de represalia por la muerte del destacado general iraní contra dos bases estadounidenses en Irak, entre ellas, Ain Al-Asad. Poco después de dicha ofensiva, el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció, a través de un mensaje en su cuenta de Twitter, que “todo estaba bien”; no obstante, una semana después, el Departamento estadounidense de Defensa (el Pentágono) informó de que 11 de sus soldados habían resultado heridos. Esta cifra se elevó a “un mayor número de soldados heridos” y luego a 34.

De todos modos, Couso indicó que la verdadera respuesta al crimen cometido se materializará con la expulsión de EE.UU. de la región del oeste de Asia.

“Irán ya lo ha dicho: esto es una política a largo plazo para acabar con la presencia invasora de EE.UU. en esa parte del mundo (…) Esa acción de Donald Trump marca el principio del fin de la presencia de EE.UU. en Irak”, afirmó.

Al respecto, el político español redujo en una sola frase la política de Washington en lo tocante a los pueblos que desean vivir de otra forma, sin verse sometidos al imperialismo: “EE.UU. no perdona la resistencia de los pueblos”.

 

El teniente general Soleimani, el estratega más destacado a nivel regional, contribuyó, en gran medida, a la erradicación del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) tanto en Irak como en Siria, por lo que las células durmientes de la banda takfirí aplaudieron su eliminación.

El mártir Soleimani era, además, “una piedra en el zapato” de EE.UU. y sus aliados por haber contribuido a la neutralización de los complots que urdían para la región del oeste de Asia, rica en reservas naturales, entre ellas el petróleo. Por esta razón, Washington se encargó de su eliminación y asumió, con gran orgullo, su asesinato.

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