“Hemos pasado a una fase nueva por completo dentro de la amenaza terrorista mundial y en nuestros esfuerzos de seguridad interior”, dijo el sábado el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, en una entrevista con el diario The New York Times.
Hemos pasado a una fase nueva por completo dentro de la amenaza terrorista mundial y en nuestros esfuerzos de seguridad interior”, estima el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Jeh Johnson
El responsable se muestra sumamente preocupado por el modelo de atentado cometido en el oeste del país, el más mortífero de los últimos tres años, y sin embargo realizado de modo que hace difícil detectarlo o prevenirlo.
La matanza, en la que perecieron 14 personas y otras 21 quedaron heridas, fue inspirada, según la hipótesis de los investigadores, por la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe), pero los ejecutores no parecen haber colaborado de manera directa con una red de apoyo, y su perfil no coincide con lo esperado por los agentes antiterroristas norteamericanos.
“La pareja no estaba en ningún radar ni tenía conexiones reales con sospechosos de terrorismo”, apunta Matthew G. Olsen, antiguo director del Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos. “Y lo más turbador es que parecían una pareja bien integrada y estable, con un bebé y empleo”, añade.
Quizá lo más inquietante no es que el presidente estuviese equivocado, sino que parece que tenía razón. De acuerdo con todas las explicaciones, el Gobierno no tenía datos concretos que avisaran del ataque del miércoles”, reconoce Johnson
Ella, de nombre Tashfeen Malik, parece haber sido afectada por el ideario wahabí, según afirmaron parientes suyos el sábado, durante años de estancia en Arabia Saudí, cuyo régimen fomenta esa ideología dentro y fuera de sus fronteras. Se cree que Malik había jurado lealtad a Daesh, que presentó a ambos terroristas como “soldados de (su supuesto) califato”.
El secretario de Seguridad Nacional observa que el ataque se produjo poco después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, asegurase a sus compatriotas que no había “datos específicos y creíbles” que hicieran pensar en la inminencia de atentados.
“Quizá lo más inquietante no es que el presidente estuviese equivocado, sino que parece que tenía razón. De acuerdo con todas las explicaciones, el Gobierno no tenía datos concretos que avisaran del ataque del miércoles”, dice Johnson.
Los terroristas, afirma, “han logrado externalizar sus proyectos de atacar a nuestro país. Es algo que hemos visto ya, pero en otros lugares. Esto, en mi opinión, requiere un planteamiento completamente nuevo”, sugiere.
Está previsto que Obama dirija un mensaje a los estadounidenses sobre la situación en la noche de hoy, domingo, en la que ofrecerá detalles de la investigación y comentará la naturaleza de la amenaza terrorista a la que se enfrenta la sociedad estadounidense.
El rotativo que publica la entrevista aventura que, ante la incapacidad de Washington para reducir la disponibilidad de armas de fuego en su territorio, es posible que las autoridades se inclinen por incitar a los estadounidenses a delatar a los conciudadanos de los que sospechan.
La tendencia parece difundirse por los países occidentales. Mientras Francia ha impuesto el estado de emergencia tras los atentados del pasado día 13 en su capital, París, en España el Ministerio del Interior está poniendo ya en marcha un nuevo sistema de delación llamado “Stop radicalismos”.
El plan del Gobierno español busca “convertir en potenciales informadores (de la policía) a toda la sociedad civil”, informó el viernes el diario madrileño El País. “Todos seremos vigilantes y vigilados”, añadía.
En el caso estadounidense, Johnson avanza que Washington debería incrementar la seguridad aérea con aún más agentes en los aeropuertos internacionales, cambiar sus estándares de visados e implicar a “las comunidades” en la identificación de posibles amenazas —algo que también planea Madrid—.
Según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac citada este domingo por la cadena iraní en inglés Press TV, los votantes estadounidenses piensan que los terroristas “de cosecha nacional” plantean una amenaza muy superior a la de los procedentes del exterior.
El estudio, publicado el jueves, detalla que el 58 % de los estadounidenses ve mayor riesgo en los terroristas nacidos en su propio país, mientras tan sólo el 17 % considera más amenazadores a los terroristas extranjeros.
mla/ctl/msf