Solo 11 miembros de una familia murieron el lunes cuando su casa fue demolida por los ataques aéreos turcos que tenían como objetivo allanar el camino para el avance de los llamados rebeldes sirios, respaldados por Ankara, informó el lunes el llamado Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
El organismo además dio a conocer que un gran número de los civiles se ve obligado a abandonar sus hogares cada día, mientras los opositores sirios respaldados por Turquía hacen avances en la ciudad.
Vi la destrucción. El bombardeo de la artillería y los aviones. Hay destrucciones en todas partes (…) Salimos sanos y salvos, gracias a Dios, y la ciudad ahora está rodeada”, dice un civil en la ciudad siria de Al-Bab.
“Vi la destrucción. El bombardeo de la artillería y los aviones. Hay destrucciones en todas partes (…) Salimos sanos y salvos, gracias a Dios, y la ciudad ahora está rodeada”, dijo un civil desplazado de su casa ubicada en Al-Bab en la provincia de Alepo (norte).
Turquía inició el año pasado una intervención militar en el norte de Siria —la operación Escudo del Éufrates— sin el permiso del Gobierno del país, so pretexto de “combatir” al grupo terrorista EIIL (Daesh en árabe) y a los combatientes kurdos.
El mismo lunes el primer ministro turco, Binali Yildirim anunció que la situación de Al-Bab está bajo control; si bien informó de que continuará la operación Escudo del Éufrates para limpiar dicha urbe de la presencia de los terroristas. “Las vías de suministro de los terroristas han sido completamente eliminadas”, subrayó.
El Gobierno de Siria ha rechazado infinidad de veces la “intervención” turca en sus asuntos internos y ha exigido a Ankara la retirada de sus tropas y cesar la violación de su soberanía.
En línea con las divergencias entre Siria y Turquía sobre Al-Bab se registraron a principios del mes en curso enfrentamientos entre las fuerzas de ambos países con un saldo de cinco militares turcos heridos.
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