• Encarcelados en el Centro Metropolitano de Detención de Brooklyn, Nueva York, 3 de febrero de 2019. (Foto: AP)
Publicada: domingo, 3 de mayo de 2020 13:30
Actualizada: domingo, 3 de mayo de 2020 14:22

Un informe revela que las cárceles federales de EE.UU. destruyen intencionadamente registros médicos y ocultan datos sobre casos positivos de coronavirus.

El Centro Metropolitano de Detención (MDC, por sus siglas en inglés) de Brooklyn, en Nueva York (EE.UU.), donde hay aproximadamente 1700 prisioneros, está destruyendo registros médicos como parte de un intento por ocultar el número de encarcelados que han contraído el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y evitar brindarles una atención sanitaria adecuada, reveló el viernes el portal estadounidense The Intercept.

La fuente citó el reporte elaborado por el Dr. Homer Venters, exdirector médico de las cárceles de la ciudad de Nueva York, quien el 23 de abril recorrió las instalaciones del MDC como parte de una inspección ordenada por una corte.

De hecho, la inspección fue una respuesta a una demanda colectiva interpuesta por personas detenidas en dicho centro, y arroja dudas sobre las afirmaciones de la Oficina de Prisiones y la Oficina del Fiscal Federal para el distrito este, que alegaron en los tribunales que la situación en la referida cárcel se halla bajo control y solo informaron de seis casos.

“Puede haber un número significativo de casos de la COVID-19 que no se detecten (…) Los fallos del MDC (…) representan grandes desviaciones del cumplimiento de los estándares correccionales de atención y guía de los CDC”, acrónimo en inglés de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., se lee en el informe. 

 

En su reporte, Venters aseveró que, lejos de estar preparados para contener un brote del coronavirus, las prácticas del MDC “ponen a los detenidos y al personal en grave riesgo de infección, enfermedades graves e incluso la muerte”.

“Varias de las prácticas que se llevan a cabo en la actualidad en el MDC realmente promueven una propagación más rápida de la COVID-19”, dijo Venters, que revisó las llamadas por enfermedad realizadas por los encarcelados entre el 13 de marzo y el 13 de abril, y encontró 147 solicitudes que describían los síntomas del coronavirus identificados por los CDC.

En 37 de esas solicitudes, la persona que pidió atención médica señaló que esta no era la primera solicitud que había realizado, agregó.

Sin embargo, las solicitudes médicas electrónicas no cuentan toda la historia, porque las personas solo pueden archivarlas cuando tienen acceso a las computadoras en las áreas comunes de sus unidades de vivienda y, además, con mayor frecuencia, las solicitudes médicas se escriben en hojas de papel en dicho centro.

“Esta práctica (…) parece ser una destrucción intencionada de los registros médicos (…) Durante una pandemia viral, como el brote de la COVID-19, esta es una práctica muy alarmante”, advirtió Venters.

No solo en las cárceles, sino en todo el país, la gestión de Washington de la crisis provocada por la COVID-19 ha desatado una ola de críticas; un gran número de ciudadanos y gobernadores ha alertado de las consecuencias catastróficas de la pandemia.

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