“Hubo un tiempo en que el alcance máximo de nuestros misiles navales no superaba los 45 km, e incluso eso se logró con la ayuda de asesores militares estadounidenses”, ha afirmado este lunes el comandantes de la Fuerza Naval del CGRI, el contralmirante Ali Reza Tangsiri.
Sin embargo, ha continuado, Irán ya tiene desarrollados “misiles navales subterráneos y de superficie-superficie con un alcance de 700 kilómetros, que han sido totalmente fabricados por las élites militares nacionales”.
Tras destacar los logros significativos de estas fuerzas en la fabricación de misiles, navíos y destructores, el militar de alto rango iraní ha afirmado que la velocidad de las unidades flotantes del Cuerpo de Guardianes es tres veces superior a la de los buques estadounidenses.
En alusión a unos encuentros navales que sucedieron recientemente entre los buques del CGRI y de EE.UU. en el norte del Golfo Pérsico, el contralmirante Tangsiri ha denunciado el aventurismo de las fuerzas norteamericanas en obstaculizar el tránsito de la nave iraní y comportarse de forma peligrosa, ignorando las primeras señales de advertencia.
“Dondequiera que estuvieron presentes los estadounidenses, siguió la inseguridad. No conocemos ningún lugar (en el mundo) donde la presencia de EE.UU. haya conducido a la seguridad”, ha recalcado.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica publicó el domingo imágenes de embarcaciones realizando “patrullas regulares en el Golfo Pérsico y el mar de Omán” y tachó de “hollywoodense” el relato de las autoridades estadounidenses que manifestaron que un grupo de 11 embarcaciones del CGRI había realizado maniobras “peligrosas y amenazantes” en las proximidades de varios buques estadounidenses en el norte del Golfo Pérsico.
Los barcos estadounidenses son conocidos por violar repetidamente la soberanía de las aguas del país persa. Irán es un acérrimo crítico del aventurerismo imperialista de Washington en el Golfo Pérsico y ha enfatizado en varias ocasiones que está listo para defender sus intereses regionales frente a las agresiones o el intervencionismo de EE.UU.
Desde julio de 2019, EE.UU. intenta, en vano, crear una coalición que vigile las vías fluviales en el estrecho de Ormuz, en el marco de su política de “máxima presión” contra Teherán para reducir a cero las exportaciones iraníes de crudo.
De hecho, el Golfo Pérsico supone una de las líneas rojas de Teherán, por tanto, ha advertido que hará frente a todo buque extranjero que intente adentrarse en sus aguas territoriales con dudosas intenciones.
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