• Militares iraníes despliegan sus equipamientos en una maniobra.
Publicada: lunes, 20 de noviembre de 2017 7:16
Actualizada: lunes, 20 de noviembre de 2017 18:48

Los parlamentarios británicos tienen un ‘punto ciego’ a la hora de analizar el creciente poder militar de Irán, reconoció un alto político conservador.

Robert Jenrick, secretario privado de Amber Rudd, secretaria del Interior del Reino Unido, denunció el domingo que el Parlamento “apenas” discute sobre el poder militar de Irán debido a su “punto ciego” en torno a este tema.

A continuación, acusó a la República Islámica de Irán de apoyar a los insurgentes en Irak y Afganistán sin ofrecer prueba alguna, por lo tanto, urgió a los legisladores de su país a tomar un enfoque más firme hacia Teherán.

El diputado de Newark, que también forma parte de la junta del gobernante Partido Conservador, mostró su indignación de que los parlamentarios británicos no expresen su preocupación por este asunto.

 

En cuanto al acuerdo nuclear —también conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés)—, Jenrick dijo que los británicos deben hacer todo lo posible para mantener este tratado porque protege los intereses nacionales del Reino Unido y sus aliados.

En este sentido, señaló que los parlamentarios británicos hacen caso omiso a las preocupaciones de los aliados árabes del Reino Unido en el Golfo Pérsico y el régimen de Israel sobre la creciente influencia del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) en Siria, El Líbano y otros países regionales.

El CGRI junto al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ayudan al Ejército sirio en su lucha contra las bandas terroristas presentes en el suelo sirio, muchas de las cuales, según varios informes revelados, son apoyadas por algunos países árabes y el régimen de Tel Aviv para promover sus intereses.

Con los logros que están cosechando las fuerzas sirias y sus aliados, estos patrocinadores de extremistas ven sus intereses en peligro, por lo que han cambiado recientemente su estrategia, apuntando su dedo acusador a Irán y Hezbolá y están esforzándose en exponer a estos dos como una amenaza para la estabilidad y seguridad de la región.

Sus planes coinciden con la postura antiiraní del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien rechazó certificar el mes pasado el acatamiento de Teherán al pacto nuclear mientras el mundo entero lo certifica. La Casa Blanca está presionando actualmente al Congreso de EE.UU. para que apruebe nuevas sanciones contra Irán, lo que es una violación al JCPOA.

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