“Al confiscar arbitrariamente los buques de otros países, Estados Unidos ha violado gravemente el derecho internacional”, ha dicho Lin Jian en una rueda de prensa llevada a cabo este lunes.
Jian ha detallado que Pekín se opone a las “sanciones unilaterales ilícitas que carecen de fundamento” en el derecho internacional o sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
También, ha dejado claro que el gigante asiático “se opone a cualquier acción que viole los principios y propósitos de la Carta de la ONU y atente contra la soberanía y la seguridad de otros países; además de oponerse a toda intimidación unilateral”.
El portavoz chino ha manifestado que Venezuela tiene derecho a desarrollar una cooperación beneficiosa e independiente con otros países, asegurando que la comunidad internacional “comprende y apoya la posición de Venezuela en la salvaguardia de sus derechos e intereses legítimos”.
Desde principios de diciembre, Washington ha incautado tres buques venezolanos, mientras transportaban petróleo venezolano a otros destinos.
El domingo, las fuerzas estadounidenses realizaron su tercera incursión contra petroleros de Venezuela, pese a que el tercer petrolero afectado no figuraba en la lista de buques sancionados por el Tesoro de EE.UU. Para justificar el acto, la portavoz adjunta de la Casa Blanca, Anna Kelly, declaró que el navío “transportaba petróleo de la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) bajo sanciones”.
Ante esta coyuntura, las autoridades venezolanas calificaron de “piratería” esta nueva confiscación, afirmando que incumple varias normas del Derecho Internacional y constituye una “flagrante comisión” de un “delito”.
Venezuela ha reafirmado que estos actos no quedarán impunes y ejercerá todas las acciones correspondientes, incluyendo denuncias ante el Consejo de Seguridad de la ONU, otros organismos multilaterales y gobiernos de todo el mundo.
Desde el pasado septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo decenas de operaciones en el mar Caribe y el Pacífico oriental, bajo el pretexto de lucha contra drogas, asesinando al menos a 104 personas. Diversos indicios apuntan a que el verdadero objetivo es drenar los ingresos del Estado venezolano y apropiarse de sus recursos naturales, en particular del crudo.
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