“Estas acciones forman parte de una estrategia que sustituye las normas por la intimidación y el despojo”, afirmaron el domingo en un comunicado los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), tras la interceptación del tercer buque desde principios de diciembre por fuerzas estadounidenses mientras transportaba petróleo venezolano.
Los miembros de ALBA acusaron al Gobierno de Estados Unidos de “actuar como un corsario” y de “privar ilegítimamente de libertad a la tripulación” del petrolero, advirtiendo que “este grave acto de piratería cometido en aguas internacionales viola la letra y el espíritu de la Carta de Naciones Unidas, los principios fundamentales del Derecho Internacional y el texto de la Convención para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Navegación Marítima”.
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— Agencia Venezuela News (@AgenciaVNews) December 21, 2025
📌Países del ALBA condenan de manera categórica el robo y secuestro de un segundo buque que transportaba petróleo venezolano, perpetrado por el gobierno de los EEUU, quienes actuando como corsarios, han privado ilegítimamente de libertad a su tripulación. pic.twitter.com/F6nP04Nn6j
Asimismo, aseguraron que se trata de “una agresión inadmisible contra el comercio legítimo y la soberanía de los Estados”, que “desenmascara una intención deliberada de saqueo de los recursos naturales de un país soberano y establece un gravísimo precedente para la región y para el sistema internacional en su conjunto”.
Desde el bloque regional, señalaron que se trata de “una estrategia supremacista de dominación neocolonial” orientada a “imponer por la fuerza un orden anárquico en el que prevalezca la violencia, socavando el Derecho Internacional y sustituyendo las normas por la intimidación y el despojo”.
“La Alianza Bolivariana reitera su solidaridad plena y activa con el pueblo y el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, y respalda el ejercicio de todas las acciones jurídicas y diplomáticas correspondientes ante las instancias multilaterales competentes”, manifestaron.
Los países de la Alianza, igualmente, exigieron el cese “inmediato” de estas prácticas ilegales y la determinación de “responsabilidades”, calificando la acción como “repudiable” y una “agresión directa a todas las naciones”.
Estados Unidos llevó a cabo el domingo su tercera incursión de este tipo frente a Venezuela, pese a que el tercer petrolero afectado no figuraba en la lista de buques sancionados por el Tesoro estadounidense. Para justificar el acto, la portavoz adjunta de la Casa Blanca, Anna Kelly, declaró que el navío “transportaba petróleo de la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) bajo sanciones”.
Por su parte, las autoridades venezolanas calificaron de “piratería” esta nueva confiscación, afirmando que incumple varias normas del Derecho Internacional y constituye una “flagrante comisión” de un “delito”.
Desde septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo decenas de operaciones en el mar Caribe y el Pacífico oriental, que han provocado un significativo impacto económico y humanitario, en el marco de su denominada lucha contra el contrabando de drogas, con al menos 104 fallecidos. Diversos indicios apuntan a que el verdadero objetivo es drenar los ingresos del Estado venezolano y apropiarse de sus recursos naturales, en particular del crudo.
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