“Nuestra tarea es unir esfuerzos. Tenemos todas las oportunidades para eso. Tenemos un enemigo común: el terrorismo internacional. Nosotros y los estadounidenses lo reconocemos como un enemigo”, ha anunciado este martes el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu.
En este sentido, tras recordar la llamada del presidente ruso, Vladimir Putin, para crear un frente mundial contra el terrorismo, ha afirmado que ya ha llegado el momento de comenzar “un trabajo sereno, constructivo y sistemático” para alcanzar al menos las relaciones que tuvimos hace siete años.
Nuestra tarea es unir esfuerzos. Tenemos todas las oportunidades para eso. Tenemos un enemigo común: el terrorismo internacional. Nosotros y los estadounidenses lo reconocemos como un enemigo”, dice el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, sobre la posibilidad de juntar los esfuerzos con EE.UU. para ataques en Al-Raqa.
“Tenemos todo a nuestra disposición para cooperar eficazmente. Absolutamente todo. No hay obstáculos para iniciar este trabajo juntos. Si vamos a usar términos muy específicos”, ha insistido el titular de Defensa de Rusia en torno a la posibilidad de cooperar con el Pentágono en Al-Raqa.
Shoigu, que hablaba en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO, por sus siglas en inglés), ha explicado que, para poder colaborar con la Casa Blanca, es necesario “hacernos oír y entender” además de que ambas partes deben “hacer una pausa, sentarnos y comenzar a hablar normalmente”.
El ministro de Defensa ruso hace estos comentarios mientras su homólogo estadounidense, James Mattis, reveló la semana pasada que actualmente Estados Unidos no está preparado para empezar una cooperación militar con Rusia, pero mostró la disposición de la Casa Blanca para cooperar con el Kremlin en el área política.
Al-Raqa es la autodenominada capital del ‘califato’ de Daesh, contra la que todos los frentes pretenden realizar ataques; desde las fuerzas sirias, apoyadas por la aviación rusa, hasta Turquía y la coalición anti-EIIL, liderada por EE.UU.
Sin embargo, Damasco no reconoce como legal los ataques de Turquía u otros países miembros de la llamada coalición, debido a que no tienen la autorización del Gobierno sirio y porque sus bombardeos en diferentes partes del país árabe han dejado muchas víctimas mortales entre los civiles.
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