El jefe del gabinete presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, dijo el lunes que “ha comenzado la segunda fase de la guerra”, tras nueves ataques generalizados de Rusia contra el este del país.
A su vez, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró la misma jornada que las fuerzas rusas han comenzado la “Batalla de Donbás, para la que se han preparado durante mucho tiempo”.
Más temprano, el secretario del Consejo de Seguridad de Ucrania, Oleksiy Danilov, dijo que las fuerzas rusas intentaron romper las defensas ucranianas a lo largo de casi toda la línea del frente de las regiones de Donetsk, Lugansk y Járkov.
A medida que continúa el conflicto en Ucrania, Rusia pidió el domingo a los combatientes escondidos en Azovstal, en Mariúpol (sureste), a deponer las armas y les garantizó la vida a todos los que se entregasen a las tropas rusas. Sin embargo, según Moscú, las autoridades de Kiev no les permiten deponer las armas y amenazan con posteriores fusilamientos.
Operación rusa seguirá hasta cumplir sus metas
Las tropas rusas siguen avanzando en el territorio ucraniano para lograr la “desmilitarización” y la “desnazificación” del país vecino, con el fin de garantizar la seguridad de la población civil del país y evitar una guerra a gran escala en Europa, dada la expansión de la alianza militar de la OTAN en el este del continente.
En este contexto, la Defensa rusa informó este mismo lunes que desde el inicio de la operación rusa el 24 de febrero por orden del presidente ruso, Vladimir Putin, el Ejército ruso ha destruido 139 aviones, 483 drones, 250 sistemas de misiles antiaéreos, 2337 tanques y blindados además de 254 lanzaderas múltiples, 1009 piezas de artillería y morteros, y un total de 2196 vehículos militares.
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