El canciller iraní, Seyed Abás Araqchi, hizo estas declaraciones en una carta dirigida el sábado al Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, en reacción a los esfuerzos del Reino Unido, Alemania, Francia y Estados Unidos para restablecer las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra la República Islámica.
La carta destacó cómo los aliados habían optado por seguir el camino de la confrontación en lugar de la cooperación, a pesar de que Teherán había demostrado constantemente su disposición a una diplomacia orientada a soluciones justas, equilibradas y sostenibles.
Señaló que este enfoque obstinado tiene su raíz en la “suposición errónea de que Irán cederá a la coerción”. Destacó que “la historia ha demostrado que esta suposición es falsa, y lo volverá a hacer”.
Irán defiende firmemente sus derechos soberanos
“La República Islámica de Irán continuará defendiendo firmemente sus derechos e intereses soberanos”, añadió el funcionario.
Recordó que los países occidentales ya habían perdido todo derecho a activar el restablecimiento de las sanciones debido a su propio incumplimiento del acuerdo nuclear.
El funcionario persa reiteró la disposición de Irán a la diplomacia, pero advirtió que cualquier daño infligido a Irán como resultado de las medidas hostiles de los aliados conduciría a “respuestas apropiadas” y que la plena responsabilidad recaería sobre aquellos que opten por la confrontación en lugar de la cooperación.
Además, el funcionario pidió a la ONU que impida el mal uso de sus mecanismos por parte de Occidente y afirmó que “no se deben asignar recursos de la ONU” para revivir los comités o paneles de sanciones que se crearon en 2006 para hacer cumplir las prohibiciones económicas.
El viernes celebró la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU con la meta de votar una resolución propuesta por Rusia y China para evitar la reimposición automática de las sanciones de la ONU contra Irán, conocido como snapback. La resolución, que proponía extender técnicamente la Resolución 2231 por seis meses (hasta 18 de abril de 2026), no obtuvo los votos necesarios debido a la obstrucción de Estados Unidos y los países europeos y consiguió 4 votos a favor (China, Rusia, Pakistán y Argelia), 9 votos en contra (Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Sierra Leona, Eslovenia, Dinamarca, Panamá, Somalia y Grecia) y 2 abstenciones (Guyana y Corea del Sur).
Con el fracaso de esta propuesta de resolución, el proceso conocido como el párrafo 11 de la Resolución 2231 entró en su fase final, y las sanciones levantadas tras el acuerdo nuclear de 2015 conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) se han reactivado a primeras horas de este domingo (hora de GMT).
Esto ocurre pese a que la República Islámica de Irán ha mostrado su cumplimiento de todos los compromisos, señalando que la retirada unilateral de Estados Unidos del PIAC y el incumplimiento de las partes europeas son las causas del actual impasse.
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