Así lo ha advertido el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, en cartas enviadas a sus homólogos de Sri Lanka y Maldivas. El embajador iraní en Sri Lanka, Alireza Delkhosh, confirmó el envío de la misiva y denunció que la reactivación de las sanciones de la ONU contra Teherán supone una amenaza grave para el sistema multilateral. “Hoy el blanco es Irán, mañana podrían ser los países del sur de Asia y más tarde las naciones africanas”, señaló el diplomático.
La carta de Araghchi llega tras la decisión del Reino Unido, Francia y Alemania, o la troika europea, de activar el mecanismo de reimposición de sanciones —conocido como “snapback”— el pasado 28 de septiembre, acusando a Teherán de incumplir el acuerdo nuclear de 2015. Con ello, las sanciones de Naciones Unidas que habían sido levantadas en el marco del Plan de Acción Integral Conjunto (PIAC o JCPOA por sus siglas en inglés) quedaron restablecidas.
Según Delkhosh, las medidas afectan principalmente a la cooperación internacional relacionada con las instalaciones nucleares iraníes, sin impactar directamente sectores como el té, el petróleo, los medicamentos o los alimentos. Sin embargo, advirtió que los nuevos controles permiten inspecciones a barcos y cargamentos iraníes, lo que complica el transporte marítimo.
El diplomático destacó que, pese a las presiones occidentales, las relaciones entre Irán y Sri Lanka se mantienen “muy buenas” en los ámbitos político y multilateral. También aseguró que el comercio bilateral continúa y que ambos países se preparan para una nueva sesión de la comisión económica conjunta, además de mantener proyectos culturales en marcha.
Araghchi subrayó en su mensaje que este es un “momento crucial” para la credibilidad del derecho internacional y exhortó a los países asiáticos a unirse en defensa de sus principios. “No se trata solo de Irán, sino de la dignidad del derecho internacional”, remarcó el canciller iraní.
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