“Es extremadamente decepcionante que Javid Rehman haya optado por apoyar públicamente la detención arbitraria y el simulacro de juicio de un ciudadano iraní en lugar de llamar a las autoridades suecas y pedirles explicaciones por las graves violaciones de los derechos humanos fundamentales de la víctima”, subrayó el secretario general de la Oficina de Derechos Humanos del Poder Judicial de Irán, Kazem Qaribabadi.
De esta forma, el titular iraní reaccionó al apoyo del relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de los DD.HH en Irán, Javid Rehman, a la decisión de una corte sueca que dictaminó cadena perpetua para Nuri, acusado de estar implicado en la “ejecución y tortura” de miembros del grupúsculo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) en 1988.
En un mensaje emitido el viernes en Twitter, Qaribabadi puso de relieve que el comunicado del funcionario de la ONU “en apoyo de una grave injusticia” es otro “indicación más de su inclinación inherente a utilizar su mandato patrocinado por el Reino Unido”.
La postura de Rehman en este caso se alinea con la campaña de auto-engrandecimiento de los hechos, la cual tiene como objetivo complacer a los adversarios de la República Islámica a costa de sacrificar los principios básicos de los derechos humanos.
En este contexto, el portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, tachó el jueves de “ilegal” y “politizado” el dictamen contra Nuri, y cargó contra la corte sueca por haber formulado “acusaciones infundadas y fabricadas contra la República Islámica de Irán y su sistema judicial”.
De hecho, el Ministerio de Asuntos Exteriores del país persa convocó al encargado de negocios sueco, a quien entregó “la nota oficial de protesta” de Irán, en la que condena el fallo emitido por el tribunal del país europeo.
Anteriormente, Teherán había denunciado el trato de Suecia hacia Nuri al que mantuvo “en más de dos años de detención ilegal en régimen de aislamiento”. “Nuri ha sufrido todo tipo de restricciones y presiones físicas y psíquicas, que se consideran un ejemplo práctico de tortura y violación de derechos humanos básicos y fundamentales”, indicó.
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