Según el Instituto Nacional de Migración, desde el pasado enero miles solicitantes de asilo centroamericanos han regresado de EE.UU. por tres ciudades mexicanas con frontera con EE.UU., pero estas carecen de las condiciones para hacer frente a este ingente problema.
Además, no se sabe cuánto va a durar la situación, advierte el instituto, porque los miles de migrantes que piden asilo en Estados Unidos tienen que esperar en el lado mexicano de la frontera de forma indefinida una respuesta.
Hay concentradas en esa situación más de 13 mil personas en ocho ciudades de México a lo largo de la frontera, más otro número mayor que espera para ingresar a Estados Unidos, demorados por los mecanismos migratorios del presidente norteamericano, Donald Trump.
De acuerdo con los medios de comunicación, un gran número de familias con hijos, que pretenden ingresar a Estados Unidos, duermen en carpas junto a puentes frente a Texas (EE.UU) durante semanas enteras. Además, muchos de los migrantes se enfrentan a problemas como abusos y secuestros por parte de bandas de delincuentes.
La negativa de EE.UU. a recibir migrantes se extremó desde la campaña electoral de Trump en 2015, cuando prometió construir “un muro” en la frontera con México de unos 3200 kilómetros.
El inquilino de la Casa Blanca ordenó en abril reforzar las medidas de seguridad para blindar la frontera sur ante el flujo de migrantes desde México.
En este sentido, el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) anunció que reforzaría las fronteras que comparte con México enviando 300 efectivos más a las zonas fronterizas.
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