Durante la marcha en Tegucigalpa (capital hondureña) —convocada por la Alianza de Oposición contra la Dictadura de Honduras y encabezada por el expresidente Manuel Zelaya—unos 10.000 simpatizantes de Nasralla fueron reprimidos por la Policía con tanquetas anti-motines que dispararon chorros de agua.
A la represión policial, algunos de los manifestantes respondieron lanzado piedras contra los cordones policiales y militares que se protegían con escudos, mientras otro grupo de indignados recurrieron a actos de sabotaje quebrando los ventanales de vidrio de un hotel cercano.
La Policía además formó varios anillos de seguridad para evitar el ingreso de las turbas a la Casa Presidencial y lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los violentos.
Los hondureños —que marcharon desde la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) hasta la Casa Presidencial. — del mismo modo, coreaban consignas como “Fuera JOH (Juan Orlando Hernández)”, “Y va a caer, la dictadura va a caer”, “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo” y “Es pa’fuera que vas”.
A la movilización también acudió Nasralla, quien prometió que no permitirá la toma del poder de Hernández, al denunciar un fraude electoral, motivo por el cual, las calles de Honduras han sido escenarios de protestas anti-Hernández, desde mediados del pasado mes de diciembre, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) proclamó como ganador a Hernández con 42.95 % de los votos frente al 41.24 % de Nasralla.
El 6 de enero, el TSE hondureño rechazó el recurso de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura sobre la declaración de la victoria de Hernández y dio por concluido el proceso de las presidenciales del 26 de noviembre.
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