El futuro político de Boris Johnson está en juego en medio de la polémica desatada por las fiestas en su residencia oficial, las cuales se realizaron durante restricciones por la pandemia.
La oposición británica mantiene a Johnson bajo la lupa. El laborista Keir Starmer ha denunciado este martes que el premier se ha centrado en salvar su cargo en vez de atender la crisis del coste de vida en el Reino Unido.
“Tanta gente está preocupada por problemas como sus facturas de energía, que están por las nubes, y el primer ministro está perdiendo todo este tiempo salvándose”, ha criticado Starmer en declaraciones a la cadena local BBC.
Su crítica no quedó ahí y el laborista ha destacado que Johnson tenía planeado la semana pasada un encuentro con la secretaria de Relaciones Exteriore, Liz Truss, para discutir las facturas de energía, “pero fue cancelada porque estaba teniendo reuniones para salvar su propio cargo”. Todo esto, prosiguió, ha llevado a los ciudadanos a experimentar una “gran frustración”.
¿Qué dice el informe inicial sobre el escándalo?
El lunes, se publicó el reporte inicial sobre el escándalo “partygate”, en referencia a las fiestas en la casa oficial de Johnson. El documento, de solo 12 páginas, apunta a “fallas de liderazgo”, falta de juicio y consumo excesivo de alcohol en el corazón del Gobierno.
El informe, elaborado por la alta funcionaria británica Sue Gray, ofrece resultados de la investigación de 16 reuniones diferentes durante 12 días, incluida una en el cumpleaños del premier.
Ya se habla de moción de censura
Incluso, desde el propio partido del primer ministro británico, varios han pedido su destitución y han advertido de que si Johnson no renuncia de manera voluntaria, tendrán que considerar un voto de censura.
Se realizará una votación secreta, en la que Johnson necesita una mayoría simple de los parlamentarios de su propio partido para permanecer en el poder.
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