El Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) en un comunicado emitido el viernes anunció que otro militar fue diagnosticado con lesiones cerebrales traumáticas (TBI), incrementando de este modo el número de los afectados de 109 a 110.
El portal estadounidense The Hill abordó el porqué del informe gradual sobre el número de los afectados: “Las autoridades han dicho que la demora en reportar las lesiones se debe a que los síntomas de TBI a veces pueden tomar tiempo para presentarse”, señaló.
Por esa misma razón, prosigue el medio, los funcionarios han dicho que el número de diagnósticos puede elevarse.
The Hill comenta cómo tras el primer informe del Pentágono sobre los casos diagnosticados con lesiones cerebrales traumáticas por el ataque, el presidente de EE.UU., Donald Trump, restó importancia a las lesiones diciendo que “escuchó que tenían dolores de cabeza y un par de otras cosas”, y las calificó de “no muy graves”.
Tras indicar los comentarios de Trump, el noticiero indica que la organización de Veteranos de Guerras Extranjeras (VFW, por sus siglas en inglés) ha pedido al inquilino de la Casa Blanca que se disculpe por minimizar los efectos del ataque.
The Hill, en un informe publicado el pasado sábado (15 de febrero), advirtió de que las lesiones cerebrales traumáticas (TBI) pueden variar de leve a grave y que los sobrevivientes de esas heridas moderadas y graves “pueden tener discapacidades duraderas, incluso de por vida”.
La nota, en concreto, señaló que las lesiones cerebrales leves, generalmente se asocian con síntomas a corto plazo, pero pueden tener efectos neurológicos duraderos, conocidos como síndrome postconmoción cerebral (PCS) que según un estudio reciente, solo el 27 % de los pacientes se recupera completamente.
El 8 de enero, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán disparó misiles balísticos contra la base aérea Ain Al-Asad después de que EE.UU. asesinara el 3 de enero al comandante de la Fuerza Quds del CGRI, el teniente general Qasem Soleimani; al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y a otros combatientes iraníes e iraquíes.
El Pentágono afirmó el 16 de enero que 11 soldados fueron diagnosticados con una lesión cerebral traumática. La cifra se elevó luego a 34 y 50, hasta que los oficiales norteamericanos subieron este registro a 64 y 109 y ahora la cifra queda en 110.
Según el portal estadounidense The Hill, desde el primer informe del Pentágono sobre los afectados, un total de 35 militares han sido llevados a Alemania para recibir atención médica y el resto, a EE.UU.
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