Según el texto, que ha sido publicado en la revista estadounidense The National Interest, el derribo del F-16I israelí por las fuerzas sirias, un hecho sin precedentes en los últimos 36 años, muestra la creciente debilidad de Israel y sus fuerzas militares, en especial su fuerza aérea.
Al mismo tiempo confirma las declaraciones del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), que aseguró el mismo sábado —cuando tuvo lugar el incidente— que el derribo del cazabombardero israelí supuso el inicio de una nueva fase estratégica en Siria y señaló que este hecho puso fin al dominio de Israel del espacio aéreo de las zonas suroccidentales de Siria.
Ben-Ephraim recuerda que durante los últimos 36 años el régimen de Tel Aviv ha llevado a cabo ataques aéreos de manera casi impune en toda la región, mientras que ahora, con este suceso, además de perder el aura de invencibilidad y su inmunidad aérea, tuvo que asumir la dura realidad de que su fuerza aérea ya es vulnerable a los sistemas antiaéreos de sus enemigos.
El analista indica que ya los planificadores estratégicos israelíes saben que, en caso de una guerra contra cualquiera de los enemigos que tienen, no podrán delegar la gran mayoría de las labores en los enfrentamientos bélicos a su fuerza aérea debido a su vulnerabilidad frente a los sistemas antiaéreos.
Además, recuerda que, desde una perspectiva psicológica, ya los rivales de Israel se sentirán más inclinados hacia el uso de la fuerza en caso de que lleguen a ser víctimas de las agresiones israelíes.
Este incidente puso fin, conforme a varios análisis, a la inmunidad aérea de la que gozaban las fuerzas israelíes al sobrevolar el espacio aéreo del suroeste de Siria, donde ha estado llevando a cabo ataques aéreos con bastante frecuencia.
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