El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió el domingo en su cuenta de la red social X a una publicación del presidente de Argentina, Javier Milei, en la que destacaba los “avances de la derecha” en América del Sur, tras la victoria del ultraconservador José Antonio Kast en las recientes elecciones presidenciales de Chile.
Kast, de 59 años, alcanzó la presidencia el domingo ante la izquierdista Jeannette Jara, exministra de Trabajo en el gabinete de Gabriel Boric, en unos comicios que dejan interrogantes sobre el futuro político de Chile.
“Por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte”, escribió Petro en reacción a una publicación del presidente argentino que señalaba en un mapa con azul a los gobiernos de derecha y con rojo a los de izquierda en América del Sur. Milei celebraba lo que él percibe como un retroceso de las fuerzas de izquierda en la región.
Por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) December 15, 2025
Atenti Grancolombianos, vienen por nosotros y debemos resistir con la espada de Bolívar en alto y paso de vencedores.
Me han bloqueado mi trino sobre la derrota progresista en Chile, espero se recupere. https://t.co/iRWu5fmZjI
El mandatario colombiano agregó que “Atenti grancolombianos, vienen por nosotros y debemos resistir con la espada de Bolívar en alto y paso de vencedores”, reforzando así sus alusiones a posibles intervenciones de Estados Unidos en Colombia, Venezuela y otros países de la región.
La Gran Colombia fue un Estado que existió entre 1819 y 1931 y del cual formaron parte lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, que en ese entonces era un departamento colombiano.
El mensaje de Petro se da en un contexto de creciente preocupación por lo que él considera intervencionismo político estadounidense en las elecciones colombianas. Según su opinión, las continuas visitas de políticos colombianos a Washington estarían relacionadas con la intención de “entrar en las elecciones de Colombia”.
Estados Unidos ha sido reiteradamente cuestionado por gobiernos y movimientos políticos latinoamericanos por su historial de injerencia en los asuntos internos de la región. A lo largo de décadas, Washington ha promovido y respaldado acciones que van desde golpes de Estado y desestabilización política durante la Guerra Fría hasta mecanismos contemporáneos de presión, como sanciones, cooperación militar condicionada y financiamiento a actores políticos locales.
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