En su alocución el domingo durante la XXV Cumbre Extraordinaria del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), celebrada en La Habana, el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, advirtió que América Latina “encara amenazas que no tienen precedentes en las últimas décadas” debido a los intentos de la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, por revivir la “doctrina Monroe”.
Para Díaz-Canel, las recientes amenazas militares y agresiones de Estados Unidos contra Venezuela —entre ellas el masivo despliegue militar en el Caribe, los ataques a embarcaciones y el anuncio de futuras incursiones terrestres, so pretexto de ‘combatir el narcotráfico’,— constituyen una prueba clara de las “renovadas pretensiones colonialistas de la doctrina Monroe”.
El presidente cubano fustigó a Estados Unidos por intentar “imponerse por la fuerza sobre la independencia y el derecho a la libre determinación” de los países latinoamericanos, subrayando que esta región es soberana e insumisa.
“América Latina y el Caribe no es patio trasero ni siquiera delantero de nadie […] Nosotros somos Estados soberanos. Los recursos y las riquezas naturales de nuestras naciones pertenecen a nuestros pueblos”, destacó.
Criticó, además la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., señalando que “incorpora un enfoque aún más agresivo y ofensivo” contra la región.
El documento, presentado a principios de este mes, pone el foco de atención de Washington sobre la región, aboga contra las “migraciones masivas” y por restaurar el “predominio estadounidense” en América Latina, con un “Corolario Trump” a la doctrina Monroe.
Díaz-Canel aprovechó también su discurso para exigir a Washington cesar de manera “inmediato y sin condicionamiento” todas las medidas “coercitivas unilaterales” que aplican contra los países que “no se alinean con los intereses”, avisando que tales medidas socavan la soberanía de los Estados.
“Tales acciones no solo causan un daño directo y deliberado a la soberanía e independencia de los Estados, sino que también quebrantan el principio de no intervención en los asuntos internos y obstaculizan los esfuerzos de estos países por promover el legítimo desarrollo de sus pueblos”, manifestó.
La XXV Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de ALBA-TCP, emitió una declaración final en la que condena enérgicamente el propósito de la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., orientada a reafirmar la “obsoleta” doctrina Monroe, y demandó el cese de toda amenaza militar contra cualquier país de la región.
EE.UU. y Venezuela viven una escalada de tensiones desde el pasado agosto, cuando Washington desplegó sus activos militares y miles de marines en el Caribe, cerca de aguas venezolanas, bajo la excusa de ‘combatir el narcotráfico’, fenómeno al que vincula, sin pruebas, a Caracas.
Desde septiembre, EE.UU. ha llevado a cabo decenas de ofensivas en el mar Caribe y el Pacífico oriental, dejando muchas víctimas, en el marco de su llamada lucha contra drogas y el narcoterrorismo.
Mientras, Caracas reitera que las acciones de EE.UU. cerca de las costas venezolanas están dirigidas a imponer un cambio de gobierno con el verdadero objetivo de apropiarse de los recursos estratégicos del país bolivariano, como el petróleo, el gas y el oro.
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