El jefe de la dirección de inteligencia del ejército israelí, el mayor general Shlomi Binder, declaró a principios de esta semana al embajador estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mike Waltz, que Israel cree que el programa de misiles balísticos iraníes sufrió menos daños en la guerra de junio de lo que se creía inicialmente.
El sitio web Al-Monitor, con sede en Washington, citó a una fuente familiarizada con el asunto, quien afirmó que Tel Aviv vuelve a instar a su principal aliado, Estados Unidos, a actuar contra Irán.
“Esta es una amenaza que Israel no podrá aceptar por mucho tiempo, y debemos coordinar con los estadounidenses las líneas rojas y las medidas que tomaremos en el futuro, quizás incluso en el futuro cercano”, añadió la fuente.
El conflicto de 12 días estalló el 13 de junio, cuando Israel lanzó una agresión sin motivo contra el país persa, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades, lo que dejó 1069 muertos, entre ellos varios altos mandos militares y destacados científicos nucleares.
A los ataques israelíes se unió una semana después Estados Unidos, bombardeando tres sitios nucleares iraníes clave: Isfahán, Natanz y Fordo. Irán respondió las agresiones, atacando objetivos sensibles israelíes con cientos de misiles balísticos de alta precisión y drones de largo alcance, y la base aérea de EE.UU. en Catar, Al-Udeid, lo que obligó a los agresores a aceptar un alto el fuego el 24 de junio.
A pesar de que el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se apresuraron a proclamar una “victoria histórica” frente a Irán, la inteligencia estadounidense conformó que los bombardeos no destruyeron los componentes centrales del programa nuclear iraní y probablemente solo lo retrasaron algunos meses.
Asimismo, algunos funcionarios israelíes admitieron que los ataques no lograron devastar las capacidades misilísticas del país persa, pese a informes iniciales que afirmaban que los ataques destruyeron más de dos tercios del total de lanzadores de misiles iraníes durante el conflicto.
A principios de noviembre, el jefe de la Defensa Pasiva de Irán, el general de brigada Qolamreza Yalali, enfatizó que ninguna base subterránea de misiles del país sufrió daño durante el conflicto de junio.
Dada la ubicación de dichas instalaciones bajo montañas y a cientos metros de la profundidad de tierra “estas instalaciones de misiles y sus depósitos permanecieron intactos durante la guerra de 12 días; solo en algunas zonas de entrada o salida pudieron producirse daños menores, los cuales son reparables”, matizó Yalali.
Funcionarios estadounidenses estiman que Irán posee el mayor arsenal de misiles balísticos de Asia Occidental, con más de 3000 unidades, más de 2000 de las cuales son capaces de alcanzar los territorios ocupados por Israel, algunas en tan sólo 15 minutos.
Las Fuerzas Armadas de Irán dicen estar plenamente preparadas para cualquier eventual conflicto con enemigos, advirtiendo que el adversario recibiría una respuesta contundente en caso de una agresión al país.
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