El periódico británico Financial Times, en un artículo publicado este lunes, indica que a pesar de la política general antisiria de la Unión Europea (UE), ciertos Estados miembros del bloque pretenden intensificar sus nexos con Damasco.
De acuerdo con el informe, es poco probable que estos “pequeños pasos” sean seguidos en el corto plazo por los gigantes de la UE, como Francia y Alemania, pero estas tentativas dejan en claro “el desafío que enfrentará el bloque a medida que la situación en Siria se normalice con el tiempo”.
Al respecto, ha agregado que Chipre está interesado en abrir de nuevo su embajada en Damasco, y Serbia, por otro lado, está lista para enviar un embajador al país árabe.
El rotativo cita a Laure Foucher, analista del centro investigativo Crisis Group, quien subraya que tales movimientos de los Estados marginales europeos están “debilitando la posición de la UE”.
El experto añade que la postura política de la UE puede durar mucho tiempo, sin embargo, “existe una brecha entre la postura política de la UE y lo que en realidad está sucediendo”.
La política de la UE impide que los embajadores presenten credenciales al Gobierno de Damasco. Sin embargo, algunos países miembros de la UE, actualmente, buscan canales directos con Damasco, ya que las fuerzas gubernamentales han logrado detener el avance de los grupos armados en todo el país y recuperar de los terroristas una gran parte del suelo sirio.
Algunos Estados árabes también buscan la reconciliación con Damasco desde que el Ejército sirio consolidó su victoria en el campo de batalla contra los terroristas respaldados por el extranjero.
En este sentido, en 2018, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) reabrieron sus embajadas, que habían sido cerradas poco después de que comenzara la crisis en Siria en 2011. Omán reinstaló a su embajador en Siria en octubre pasado, convirtiéndose en el primer Estado árabe del Golfo Pérsico en dar este paso.
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