• El presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), Ali Lariyani.
Publicada: domingo, 9 de febrero de 2020 18:32

Irán indica que, tras la Revolución Islámica, los enemigos siempre han buscado presionar al país persa y doblegar su economía, pero Teherán no se lo ha permitido.

Después de la Revolución Islámica (1979) y “tras la guerra (entre Irán e Irak, 1980-88), el Occidente vio que Irán se había encaminado hacia su desarrollo, por lo que comenzó a crear problemas”, así lo ha señalado este domingo el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica (Mayles) de Irán, Ali Lariyani.

De acuerdo con las palabras del alto parlamentario iraní, los enemigos de la Revolución Islámica de Irán siempre han buscado presionar a Irán recurriendo a diferentes métodos, para luego agregar que, tras la salida ilegal de EE.UU. del acuerdo nuclear, conocido oficialmente como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), los europeos aceptaron ejecutar sus compromisos, sin embargo, no actuaron.

“Pero Irán aguantó, y se mantuvo así 11 o 12 meses, hasta que se dio cuenta de que ellos (los europeos) no querían o no podían cumplir con sus obligaciones, y fue entonces cuando las autoridades del país persa tomaron una decisión decisiva y se adoptaron medidas precisas”, ha subrayado.

En mayo de 2019, Teherán comenzó a reducir gradualmente sus compromisos con el acuerdo nuclear en vista de que EE.UU. lo había abandonado y reimpuesto sus sanciones a Irán, y de que Europa no hacía nada para garantizar los intereses del país persa.

El 5 de enero de este año en curso, Irán anunció su decisión de eliminar todas las limitaciones para enriquecer uranio, dando así el quinto y último de sus pasos en el proceso de reducir sus compromisos con el PIAC.

Asimismo, en otra parte de sus declaraciones, el legislador iraní ha revelado que los enemigos que habían deseado reducir la venta del petróleo iraní a cero, ahora ven que han fracasado y no han podido alcanzar su objetivo.

A continuación, ha expresado que los enemigos, al ver que han fallado en cuanto a su política de “máxima presión” contra Irán, decidieron presionar al país persa a través de otra medida: asesinar al que fuera comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, en un ataque en Irak.

 

Según los comentarios del alto funcionario iraní, los enemigos deben saber que, ante tales políticas hostiles, la República Islámica “no se quedará callada y responderá” de manera apropiada.

Solo cinco días después del ataque estadounidense, el CGRI lanzó varios misiles contra dos bases de EE.UU. en el país árabe, entre ellas, la estratégica instalación militar Ain Al-Asad. El asalto, conforme a Teherán, vengó solo la ofensiva de EE.UU. contra el vehículo de Soleimani y no su muerte.

Las autoridades persas han expresado en reiteradas ocasiones que no buscan una guerra, pero han afirmado que se defenderán ante cualquier agresión, como estipula su derecho a velar por su soberanía.

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