El jefe político del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en el extranjero, Jaled Mashal, aseguró el miércoles en una entrevista con la cadena catarí Al Jazeera que el movimiento palestino no aceptará ningún plan de desarme impuesto por potencias extranjeras. Subrayó que las armas de la resistencia son una parte integral de la identidad del pueblo palestino en su lucha contra la ocupación israelí.
La segunda fase del alto el fuego, propuesta por el presidente estadounidense Donald Trump, incluye el desarme de los grupos de resistencia de Gaza, el despliegue de una fuerza militar internacional y la creación de una autoridad administrativa extranjera para supervisar la gobernanza diaria. Estas condiciones han sido rechazadas de manera rotunda por la resistencia, que las considera intentos de Washington y el régimen de Tel Aviv de imponer un control externo sobre el futuro de Gaza.
El alto integrante del movimiento palestino declaró que “entregar las armas sería como quitarle el alma a HAMAS”, dejando claro que el movimiento rechaza cualquier intento de imponer autoridades externas en Gaza y que la administración del enclave debe permanecer en manos palestinas.
HAMAS ha denunciado que, pese a los acuerdos de alto el fuego, Israel ha violado repetidamente la tregua, intensificando ataques contra la Franja de Gaza y manteniendo políticas de bloqueo que agravan la crisis humanitaria. La organización considera que estas agresiones confirman la necesidad de mantener la resistencia armada como única garantía de defensa.
Para el grupo palestino, los intentos de desarme forman parte de una estrategia más amplia de EE.UU. e Israel para neutralizar la lucha legítima del pueblo palestino.
HAMAS subraya que la comunidad internacional debe reconocer el derecho inalienable de los palestinos a defenderse, y afirma que cualquier solución política debe pasar necesariamente por el fin de la ocupación israelí, así como por la garantía de la soberanía plena de Gaza y Cisjordania.
A pesar del acuerdo de alto el fuego firmado el 10 de octubre, Israel continúa violando la tregua, limitando los suministros esenciales y llevando a cabo repetidos ataques en Gaza. El Ministerio de Salud de Gaza informó que, desde la entrada en vigor del alto el fuego, el régimen israelí ha matado al menos a 367 palestinos y ha herido a otros 953.
Desde octubre de 2023, el ejército israelí ha causado la muerte de al menos 70 354 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y ha dejado más de 171 000 heridos en la guerra de dos años en Gaza, que ha devastado gran parte de la franja costera, dejándola reducida a escombros.
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