El diario neerlandés De Volkskrant publicó el sábado una investigación, en la que 15 médicos de EE.UU., Reino Unido, Australia, Canadá y Países Bajos trabajaron en seis hospitales y cuatro clínicas de la Franja de Gaza desde octubre de 2023.
Los médicos declararon haber atendido al menos a 114 niños de 15 años o menos con una sola herida de bala en la cabeza o el pecho. La mayoría de estos niños murieron a causa de las heridas. Los casos se documentaron entre finales de 2023 y mediados de 2025 en 10 centros médicos diferentes.
El medio también recogió testimonios de testigos, según los cuales, drones y francotiradores israelíes dispararon las balas a los menores palestinos. El excomandante del ejército neerlandés, Mart de Kruif, afirmó que los impactos accidentales son casi imposibles dada la magnitud y la consistencia de las lesiones.
El cirujano traumatólogo estadounidense Feroze Sidhwa, quien llegó al Hospital Europeo de Gaza en marzo de 2024, recuerda a cuatro niños con heridas en la cabeza ingresados en 48 horas.
“Pensé: ‘¿Qué demonios? ¿Cómo es posible?’”, afirmó y, durante las dos semanas siguientes, trató a nueve niños más con heridas similares.
Los médicos describieron su trabajo en un calor extremo en hospitales llenos de olor a aguas residuales, explosivos y descomposición, con respiradores y equipo médico escasos o rotos.
La cirujana de urgencias Mimi Syed intubó a una niña de cuatro años que recibió un disparo en una zona humanitaria utilizando un laringoscopio que había introducido de contrabando, manteniendo a la niña con vida y documentando después la bala alojada en su cabeza.
Los médicos informaron haber tratado heridas probablemente causadas por armas de fragmentación, donde pequeños fragmentos cúbicos perforan órganos y vasos sanguíneos, causando hemorragias mortales o amputaciones importantes.
Según los expertos en armas, las heridas coinciden con fragmentos de tungsteno de fabricación israelí, aunque el ejército israelí niega haber utilizado dichas armas.
Diariamente se producen incidentes con gran número de víctimas; los niños representan más del 40% de la población de Gaza, y muchos llegan con heridas graves.
Los médicos describieron a niños con metralla en el cerebro, balas en el pecho y extremidades destrozadas por las explosiones; algunos clasificados como WCNSF (Niño Herido, Sin Familia Sobreviviente).
X-ray of 4-yo Mira — shot dead in Gaza
— RT (@RT_com) September 14, 2025
15 international doctors reported seeing over 100 children under 15 with single gunshot wounds to the head or chest, indicating intentional targeting
The chance these were accidental is low, with 114 such cases documented — de Volkskrant pic.twitter.com/gD8gRo6fcs
Un cirujano británico llamado Goher Rahbour observó otro patrón inquietante: la parte del cuerpo atacada cambiaba cada día, informando que un día era el pecho o la cabeza y otro, las extremidades o el abdomen, lo que sugiere un método coordinado y deliberado.
Los médicos describieron el dilema moral al que se enfrentan: hablar abiertamente podría significar que se les prohíba regresar a Gaza. Según la ONU, Israel ha negado la entrada a más de 100 trabajadores sanitarios internacionales desde marzo de 2025 sin una explicación detallada. Aun así, muchos insisten en que el silencio ya no es una opción. “No hablar ya no es una opción”, declaró un médico a De Volkskrant.
Su testimonio describe los ataques deliberados contra niños, la destrucción de hospitales y el coste humano del genocidio en curso.
Desde que el régimen israelí lanzó su guerra genocida contra Gaza, ha asesinado a 64 871 palestinos y herido a 164 610, la mayoría de ellos niños y mujeres.
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