Publicada: sábado, 22 de noviembre de 2025 13:29

La llegada de gazatíes a Sudáfrica revela presuntos planes israelíes de expulsión encubierta y reaviva el debate sobre la limpieza étnica en Gaza.

Por: Iqbal Jassat *

El episodio ocurrido en el Aeropuerto OR Tambo de Johannesburgo, Sudáfrica, que involucró a palestinos provenientes de la Franja de Gaza ocupada, ha conducido a la conclusión irrefutable de que la fuerza impulsora fue un desplazamiento forzoso orquestado por el régimen israelí.

Como era de esperar, no solo generó una amplia cobertura mediática, sino también, de manera vergonzosa, intentos de Israel y su ejército de propagandistas bien financiados de presentarlo como un “exilio voluntario”.

No obstante, sería miope pasar por alto las décadas de campañas llevadas a cabo por el régimen colonial-de-población asentado en Tel Aviv para despojar a Palestina de los palestinos —por las buenas o por las malas—.

Por ejemplo, en 2020 salió a la luz un plan secreto de 1969 destinado a forzar la migración de gazatíes a Paraguay.

En aquel entonces, fue negociado por el notorio servicio de espionaje israelí (Mossad) con el dictador paraguayo y simpatizante nazi Alfredo Stroessner. Aunque el plan contemplaba el traslado de 60 000 palestinos al país sudamericano, finalmente solo 30 lo hicieron.

En el contexto actual, es fundamental tomar nota de los informes que revelan amargas divisiones dentro del gabinete de guerra israelí respecto del destino de la población gazatí que aún permanece allí tras la guerra.

 

En el centro del debate está la política de limpieza étnica, los métodos de implementación y el encubrimiento engañoso bajo la etiqueta de “migración voluntaria”.

Desafortunadamente para ellos, el episodio en Sudáfrica se ha vuelto en su contra. Y las razones son evidentes.

Nour Odeh, de Al Jazeera, informando desde Ammán, Jordania, señaló que era improbable que los palestinos que partieron lo hubieran hecho sin “coordinación israelí”.

“Nadie puede acercarse a esa línea amarilla imaginaria [en Gaza] sin recibir disparos. Estas personas tuvieron que ser transportadas en autobús a través de la línea amarilla, por el 53 por ciento de Gaza que el ejército israelí aún controla y en el que opera, fuera de Gaza, a través de Israel, hasta el aeropuerto de Ramón”, explicó.

Investigaciones posteriores revelaron que Israel ha designado el aeropuerto de Ramón como punto de salida. Esto se remonta al polémico plan de Donald Trump para vaciar Gaza de su población.

Según informes de los medios israelíes, el ministro de asuntos militares, Israel Katz, presentó durante una sesión informativa planes para trasladar a los palestinos fuera de Gaza.

Aunque la idea de reubicar a más de dos millones de residentes de Gaza ha sido rechazada por varios países, Israel no se ha retractado.

De acuerdo con la información obtenida por diversos medios, se ha identificado al ejército israelí como directamente implicado en el proceso, junto con la enigmática entidad Al-Majd, en un intento por despoblar Gaza.

Con el propósito de la limpieza étnica, el ejército de ocupación israelí ha establecido cinco pasos terrestres desde Gaza al aeropuerto de Ramón que se utilizarían para este fin.

En coordinación con Al-Majd y las fuerzas de ocupación israelíes, los palestinos serían trasladados en autobús desde Gaza hasta el aeropuerto de Ramón, 250 kilómetros al sur, en la zona militar del mar Rojo de Eilat.

Contrario a las repugnantes falsedades difundidas por los apologistas de Israel, Itamar Mann, profesor de derecho en la Universidad de Haifa, considera deplorable que Israel pueda estar explotando la situación desesperada de Gaza mediante el desplazamiento forzoso de palestinos vulnerables.

“Da la impresión de que estaban siendo expulsados” de Gaza, fue la reacción del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, quien ha encargado a las autoridades competentes llevar a cabo una investigación exhaustiva de las circunstancias que derivaron en el incidente de OR Tambo.

En efecto, la claridad aportada por el ministro sudafricano de Relaciones Internacionales, Ronald Lamola, cuando afirmó que el vuelo formaba parte de “una agenda clara para limpiar de palestinos Gaza y Cisjordania (ocupada)”, descarta cualquier noción de “migración voluntaria”.

 

Oroub al-Abed, en Middle East Monitor, observó que durante décadas el régimen sionista de Israel ha aplicado métodos sistemáticos para desposeer a los palestinos.

“La violencia abierta —bombardeos, bloqueo y demolición de viviendas— es solo la parte más visible. Pero la maquinaria más sutil del desplazamiento nunca ha cesado. Opera silenciosamente, mediante el agotamiento psicológico, las restricciones burocráticas y la movilidad controlada”, ha recalcado.

El peligro que resalta Al-Abed es que, en términos burocráticos, los palestinos corren el riesgo de ver borrada su identidad legal, pues sin pruebas de salida sus derechos de retorno se desvanecen.

El plan actual de Israel no difiere de su historial de engaños. Políticamente, marca un inquietante desplazamiento del asedio hacia la desaparición: la continuación de la limpieza étnica por medios administrativos.

* Iqbal Jassat es miembro ejecutivo de Media Review Network (Red de Revisión de Medios), Johannesburgo, Sudáfrica.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.