El subsecretario general de la LA para los Asuntos de Palestina y los Territorios Ocupados, Mohamad Sabih, ha sostenido que esto no era una decisión casual, ya que “el Vaticano cuenta con una posición importante en el mundo”.
Asimismo ha precisado que “el número de países que reconocen al Estado de Palestina se ha incrementado a 136 Estados”, este número, adelanta, es “mucho mayor” en comparación con los países que reconocen al régimen de Israel.
Cabe señalar que el Vaticano anunció el pasado miércoles la próxima firma de un acuerdo con Palestina, hecho que suponía el reconocimiento del Estado palestino. El convenio abordó el estatuto y las actividades de la Iglesia católica en los territorios palestinos.
En este sentido, el canal 1 de la televisión israelí también ha subrayado en la misma jornada del domingo que en el texto del acuerdo conjunto entre Palestina y el Vaticano, la Iglesia católica ha utilizado por primera vez la frase "el Estado independiente de Palestina", en vez de usar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
El sábado el presidente palestino, Mahmud Abás, se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano, donde el pontífice le regaló a Abás una medalla del Ángel de la Paz.

Sin embargo, el régimen israelí se declaró el miércoles “decepcionado” por la decisión del Vaticano de reconocer a Palestina como un Estado soberano.
La alta cifra de atrocidades perpetradas por el régimen de Israel contra el pueblo palestino, en particular en sus recientes ataques contra la Franja de Gaza (entre julio y agosto de 2014), desencadenó en los países europeos una ola de apoyo al reconocimiento de Palestina como un Estado independiente.
Suecia se convirtió el 30 de octubre de 2014 en el primer país de la Unión Europea (UE) en reconocer oficialmente al Estado de Palestina, casi 67 años después de la ocupación del país árabe por el régimen israelí.
También, los parlamentos de algunos países europeos como el Reino Unido, España, Francia, Portugal, Irlanda, Luxemburgo y Bélgica han pedido a sus propios gobiernos seguir los pasos de Suecia, algo que ha provocado la ira de las autoridades del régimen de Tel Aviv.
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