En una entrevista con la revista Financial Times, el director ejecutivo (CEO) de Renk, Alexander Sagel, afirmó el julio que la empresa aún analiza las implicaciones del anuncio del canciller alemán, Friedrich Merz, anunciara que su administración no autorizará “hasta nuevo aviso” ninguna venta de equipo militar que pudiera ser utilizado en la ofensiva de Israel en Gaza.
Sagel aseguró que la compañía tiene la “responsabilidad” de garantizar que Israel mantenga sus capacidades militares y señaló que evalúan alternativas para cumplir sus contratos si el veto es confirmado por el consejo de seguridad alemán.
Asimismo, confirmó que la compañía ya discute un “plan B”, que consistiría en trasladar a Estados Unidos la producción de estas transmisiones específicas.
Consultado sobre la moralidad de suministrar armas al régimen de Tel Aviv, admitió que se trata de “un debate difícil”.
Precisó además que Renk mantiene un contrato para entregar a Israel “cientos” de cajas de cambios para tanques.
El anuncio de Merz se produce en medio de una ola de rechazo internacional, tras la aprobación por parte del gabinete israelí de un plan ilegal para ocupar la ciudad de Gaza.
El plan de ocupación fue impulsado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en medio de la ofensiva contra Gaza que, desde el 7 de octubre de 2023, ha dejado al menos 61 776 palestinos muertos —en su mayoría mujeres y niños— y 154 906 heridos.
Alemania es el segundo mayor proveedor de armas de Israel, después de Estados Unidos, y desde el inicio del genocidio en Gaza ha exportado al régimen usurpador armamento por un valor de 485 millones de euros (564 millones de dólares).
A finales de julio, una encuesta del instituto demoscópico Forsa reveló que el 74 % de los alemanes considera que su gobierno debería ejercer más presión sobre Israel ante la catastrófica situación humanitaria provocada por su sangrienta agresión contra Gaza.
ayk/hnb