“Transformaremos la fuerza de respuesta de la OTAN y aumentaremos el número de nuestras fuerzas de alta disponibilidad hasta superar ampliamente los 300 000 efectivos”, ha anunciado este lunes el secretario general de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
En una rueda de prensa mantenida antes de la cumbre de la OTAN, que se celebrará esta semana en Madrid, ha puesto de relieve que los jefes de Estado del bloque militar decidirán reforzar algunos de los batallones desplegados en países del este de Europa, en particular los bálticos, a nivel de brigadas.
De acuerdo con el funcionario de la alianza, tales decisiones constituyen la mayor revisión de su disuasión y defensa colectiva desde la Guerra Fría.
Actualmente, la fuerza de reacción rápida de la Alianza Atlántica, una fuerza multinacional altamente preparada y tecnológicamente avanzada formada por componentes terrestres, aéreos, marítimos y de fuerzas de operaciones especiales, cuenta con unos 40 000 efectivos y proporciona apoyo operativo a las operaciones de la OTAN.
Anteriormente, el bloque militar decidió instalar cuatro batallones multinacionales en Polonia y los países bálticos, mientras que la operación militar de Rusia contra Ucrania ha llevado a los aliados a duplicar su número y desplegar otros cuatro en Rumanía, Bulgaria, Hungría y Eslovaquia.
Después de repetidas peticiones sin respuestas de Rusia para una vía diplomática que zanjara la elevada tensión con Occidente por Kiev, Moscú lanzó el 24 de febrero “una operación militar especial” en su vecino occidental, con el propósito de evitar que la OTAN, encabezada por Estados Unidos, lo convierta en una base antirrusa, así como “desmilitarizar” y “desnazificar” este país europeo.
De hecho, Moscú denuncia que la Alianza Atlántica está luchando contra Rusia con las manos del país europeo, pese a que niega su participación directa en el conflicto entre Moscú y Kiev.
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