Publicada: viernes, 5 de diciembre de 2025 5:17

El Líder de Irán critica la política exterior de EE.UU., denunciando su manipulación de aliados y la devastación generada por sus intervenciones militares.

Por: Arwin Ghaemian *

“Una cara falsa debe ocultar lo que el falso corazón sabe.” — Macbeth, Acto 1, Escena 7.

Es sumamente raro en las relaciones internacionales que un líder político prediga con tanta precisión y perspicacia el comportamiento y las agendas ocultas de una superpotencia autoproclamada.

Sin embargo, el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha demostrado en numerosas ocasiones que sus declaraciones están basadas en sabiduría y previsión.

En un discurso reciente, el ayatolá Jamenei enfatizó que Estados Unidos frecuentemente empuja a sus “aliados” a las guerras solo para abandonarlos, dejando tras de sí devastación y desilusión.

Sus poderosas declaraciones, al calificar a la administración Trump como “no digna” de la diplomacia y condenar la belicista postura de Washington, han reavivado un debate de larga data.

Con la crisis en curso en Ucrania, alimentada por la guerra por delegación de la alianza de la OTAN liderada por EE.UU. contra Rusia, sus comentarios ofrecen una evaluación realista y sobria de la política exterior estadounidense.

El ayatolá Jamenei declaró que las afirmaciones sobre Teherán intentando acercarse a Washington son “completamente falsas”. Describió la actual administración estadounidense como indigna de la diplomacia y rechazó firmemente cualquier posibilidad de conversaciones con los líderes estadounidenses bajo las circunstancias actuales.

Sus declaraciones van más allá de Ucrania, ofreciendo una crítica más amplia de las consecuencias destructivas de las intervenciones militares de EE.UU. en diversas regiones, incluidos Gaza y Líbano.

“Dondequiera que Estados Unidos haya intervenido, el resultado ha sido guerra, genocidio, destrucción y desplazamiento”, afirmó, proporcionando un informe sobre el complejo militar-industrial estadounidense.

Esta visión, explicó, no proviene de especulaciones ni conjeturas. Más bien, se ha formado a lo largo de muchos años de experimentación con sanciones estadounidenses, provocaciones militares, injerencias encubiertas y guerras regionales continuas, incluida la reciente guerra impuesta contra la República Islámica en junio.

Su rechazo a las afirmaciones de EE.UU. está arraigado en la larga historia de traición política estadounidense: desde los últimos días del dictador iraní Mohammad Reza Pahlavi hasta las guerras injustificadas e injustificadas en Irak, Siria y Afganistán, y ahora, en otros lugares.

 

Un plan de “paz” de 28 puntos, desarrollado por el equipo de Trump, fue propuesto como una posible forma de terminar con el conflicto de Rusia y Ucrania, orquestado por la OTAN. Aunque más tarde fue revisado para incluir elementos adicionales, el plan aún no ha logrado un avance significativo para las partes beligerantes ni para los aliados de Ucrania.

El ayatolá Jamenei sostiene que este plan refleja un patrón familiar de doble juego estadounidense.

“Estados Unidos comenzó la desastrosa guerra en Ucrania y no logró ningún resultado. Este actual presidente estadounidense dijo que resolvería el problema en tres días; ahora, después de un año, está imponiendo por la fuerza un plan de veintiocho artículos al país que él mismo llevó a la guerra.”

Las declaraciones del Líder encarnan sabiduría. Él ve la propuesta estadounidense, elogiada por algunos partidarios occidentales, no como un esfuerzo sincero por la paz, sino como un esquema impuesto a ambas partes. En su opinión, se está presionando a las partes para que acepten condiciones que sirven a los intereses estratégicos de Washington en lugar de resolver genuinamente la crisis que Washington ayudó a crear.

El ayatolá Jamenei subraya que Estados Unidos crea las condiciones para las guerras y luego, en momentos de verdadero peligro, “traiciona a sus aliados”. La historia, afirma, prueba este peligroso patrón.

Después de la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos instó a Ucrania a renunciar a sus armas nucleares y confiar en las “garantías” estadounidenses. Años después, Ucrania fue empujada a una guerra con Rusia y luego se le entregó un documento de rendición. Así es como tratan a sus “aliados”.

Esta historia no es solo un comentario ocioso, sino que sigue un patrón claro. Desde Sadam Husein en la década de 1980, quien fue empujado a la guerra con Irán y luego abandonado, hasta los kurdos abandonados en Irak y Siria, pasando por los aliados afganos dejados desesperados en el aeropuerto de Kabul, y ahora, los civiles ucranianos atrapados en una guerra por delegación, Estados Unidos ha repetidamente llevado a sus llamados “socios” al peligro antes de retroceder, ofreciendo solo palabras vacías, sanciones y apresurados “nuevos planes”.

El repentino impulso por el “plan de 28 puntos” es otro ejemplo de este ciclo: cuando un plan fracasa, Washington simplemente lo descarta y lo reemplaza, incluso cuando sus aliados siguen sufriendo.

Ucrania no es una excepción, sino un ejemplo dentro de un patrón más amplio de intervenciones estadounidenses desastrosas a nivel mundial. El mensaje es claro: dondequiera que Estados Unidos intervenga, el caos, el sufrimiento y la traición de sus aliados siguen.

La evaluación del ayatolá Jamenei va más allá de la relación de Irán con Estados Unidos. Recuerda que cada intervención militar estadounidense deja un rastro de muerte, destrucción y desplazamiento.

Sostiene que fue Estados Unidos —no Rusia— quien “desencadenó la guerra en Ucrania”, señalando la hipocresía estadounidense. Ucrania, afirma, es solo otro ejemplo de cómo EE.UU. promete apoyo pero, en última instancia, abandona y descarta a sus “socios”.

Por lo tanto, sus declaraciones de que Estados Unidos es “indigno” de la diplomacia, que sus promesas son “mentiras totales,” y que “dondequiera que Estados Unidos intervenga, el resultado ha sido guerra, genocidio, destrucción y desplazamiento,” no son afirmaciones ni acusaciones.

Son observaciones sinceras, extraídas de décadas de patrones repetidos en todo el mundo.

* Arwin Ghaemian es Ph.D. en Historia Iraní por la Universidad de Teherán y ha vivido en países árabes durante casi dos décadas. Su experiencia abarca la historia moderna de Irán y los problemas socioeconómicos y de seguridad de Asia Occidental.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV