En una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) celebrada el miércoles, el representante permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mayid Tajt Ravanchi, destacó que el acuerdo nuclear, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), no es una “calle de un solo sentido”, sino que todos los firmantes se han comprometido a ciertas cuestiones y las tienen que cumplir.
“Aquellos que rompieron sus promesas son los que deben demostrar su sinceridad y voluntad política genuina. Ellos son los que deben tomar decisiones difíciles. Por lo tanto, no están en posición de criticar a Irán por tomar medidas correctivas”, remarcó el diplomático persa.
En este sentido, explicó que Irán ha demostrado una “honestidad” plena, tanto durante las negociaciones del acuerdo nuclear como durante su conclusión e implementación, y ha manifestado su “determinación” a mantener vivo el PIAC. “El país que pagó el precio más alto por el acuerdo también fue Irán”, aseveró.
Es más, señaló que ahora les toca a EE.UU., la Unión Europea (UE) y los tres países europeos signatarios del pacto ―el Reino Unido, Alemania y Francia― tomar las decisiones “necesarias y difíciles” para volver al completo cumplimiento del PIAC.
La historia de EE.UU. con respecto al PIAC es bastante clara
Tajt Ravanchi subrayó que la Administración del expresidente de EE.UU. Donald Trump, incluso antes de llegar al poder, había comenzado a difamar el acuerdo nuclear iraní y a los entonces socios comerciales de Irán.
Aseveró que, más tarde, en mayo de 2018, Trump se retiró “unilateral e ilegalmente” del PIAC y volvió a imponer sanciones, así como una “guerra económica a gran escala” contra Irán y el pueblo iraní; “el uso de alimentos y medicinas como armas de guerra está prohibido incluso durante la guerra, y esto es un ejemplo de violación de los derechos humanos”, indicó.
Sin embargo, expuso que Irán, a su vez, en lugar de tomar inmediatamente las medidas “compensatorias” contempladas en el PIAC, esperó un año después de la reimposición de los embargos, lapso tras el cual la República Islámica empezó a reducir gradualmente sus comprimimos adquiridos en el convenio. “Nuestra máxima moderación se encontró con la llamada política de ‘máxima presión’ de EE.UU.”, dijo.
El funcionario persa concluyó que hoy en día el mensaje del CSNU es claro: “el PIAC debe implementarse y no existe mejor alternativa”.
De hecho, Irán ha dejado las puertas abiertas para el regreso de EE.UU. al pacto y asegura que no se sentará para siempre en la mesa de diálogos a la espera de que el país norteamericano levante las sanciones.
Teherán rechaza cualquier concesión más allá del marco del acuerdo nuclear y enfatiza que, si EE.UU. levanta absolutamente todas las sanciones, volverá a cumplir sus obligaciones.
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