• La sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, localizada en Teherán, la capital.
Publicada: jueves, 9 de mayo de 2019 2:37

La Cancillería de Irán publica la ficha técnica sobre la aplicación del acuerdo nuclear tras la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU.

La hoja informativa evalúa el proceso de la implementación del citado pacto nuclear, cuya violación, en varias ocasiones, por la Administración de Trump resultó en que Irán decida reducir los compromisos asumidos a raíz del convenio.

El miércoles, el presidente de Irán, Hasan Rohani, informó de que la República Islámica va a dejar de cumplir dos de los puntos del acuerdo de 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 —entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—, es decir: no exportará su uranio de bajo enriquecimiento (LEU, por sus siglas en inglés) ni su agua pesada durante 60 días, plazo en el cual ha instado a los signatarios del pacto a tomar medidas capaces de hacer frente a la presión estadounidense.

La decisión se ha adoptado basándose en los artículos 26 y 36 del pacto, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).

A continuación, les ofrecemos la ficha técnica del Ministerio de Exteriores de Irán, en la que se detalla cómo Trump, desde su llegada a la Casa Blanca, ha intentado acabar con el acuerdo nuclear con Irán por considerarlo “vergonzoso” y “el peor acuerdo jamás negociado”.

El mandatario estadounidense se esforzó, además, someramente en forzar al país persa a violar el convenio multinacional, para luego responsabilizar a la República Islámica de la “destrucción” del pacto y hacer revivir el consenso mundial, ya inexistente, contra Irán.

Sin embargo, la conspiración norteamericana contra la paz y la seguridad internacionales fracasó debido a la “moderación estratégica” y la “vigilancia” de Irán, así como al cumplimiento por Teherán de sus obligaciones con el PIAC.

El jefe del Ejecutivo de EE.UU. también intentó que los países europeos siguieran sus pasos y se saliesen del acuerdo nuclear, pero tampoco consiguió este objetivo, por lo que abandonó el tratado reconociendo las consecuencias de su medida, incluido el aislamiento político en la comunidad internacional. 

Desde el punto de vista de Trump y del Gobierno de Estados Unidos, Irán ha sido el ganador definitivo del PIAC, porque, de hecho, ha estabilizado su programa de energía nuclear, incluido el enriquecimiento de uranio.

Es decir, conforme al pacto en cuestión, el país persa continúa enriqueciendo uranio, ha superado los obstáculos surgidos a raíz de las sanciones en su contra, ha logrado tener acceso a los mercados mundiales y se han iniciado inversiones en Irán. Todo esto mientras permanecen intactas las políticas defensivas de la República Islámica, que ahora es considerada el país más poderoso de la región.

Como resultado de esos logros obtenidos por Irán, EE.UU. se retiró del convenio y luego intentó aumentar las presiones contra el país persa mediante el restablecimiento de todas las sanciones que habían sido levantadas en virtud del pacto, medida que representa en sí un acto de “terrorismo económico”. 

Transcurrido un año desde su salida del PIAC, Washington no solo restauró las sanciones unilaterales contra el país persa, sino que también busca aplicar una política de máxima presión contra Irán con la “reducción a cero” de las exportaciones petroleras de Irán.

El 22 de abril, Trump anunció su decisión de no ampliar el plazo de las exenciones a las sanciones a la compra de crudo iraní, asegurando que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) “han acordado adoptar las medidas oportunas para garantizar la satisfacción de la demanda global ante la retirada de todo el petróleo de Irán del mercado”. La República Islámica ha advertido, a su vez, que “responderá” si percibe que se ven amenazados sus intereses en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El documento de la Cancillería iraní precisa que los esfuerzos de EE.UU. por reducir a cero las exportaciones del crudo iraní, impedir la aplicación del pacto y su salida unilateral del mismo, violan la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) e incitan a otros países a infringir el mandato. Es lamentable que el CSNU y la comunidad internacional no hayan adoptado medidas adecuadas para responder a este comportamiento irresponsable de Estados Unidos, añade la nota.

Esto mientras la República Islámica de Irán, como miembro comprometido y responsable de la comunidad internacional, ha cumplido con sus compromisos señalados en el PIAC, tal y como ha confirmado en 14 ocasiones la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

 

A través de las presiones políticas y económicas, Estados Unidos busca colocar a Irán en una situación que le aboque a rendirse o a hacer concesiones. Tal enfoque contradice los principios de la diplomacia constructiva del país persa.

EE.UU. no podrá con Irán, pero aun así las medidas de este país han afectado al equilibrio de la implementación del PIAC por parte de los signatarios del pacto.

Después de que Trump sacara a Washington del tratado, el presidente de Irán estableció un “plazo limitado de tiempo” a los tres países europeos firmantes del PIAC –el Reino Unido, Francia y Alemania– para salvaguardar el acuerdo con Teherán y garantizar los intereses del país persa.

Dicho plazo fue renovado a petición de los países europeos y ahora, pasado un año, estos Estados se limitaron solamente a emitir declaraciones políticas y no han adoptado acciones prácticas ni eficaces para hacer frente a los efectos negativos de la retirada de Washington.

A lo largo del último año, Irán celebró dos comisiones conjuntas sobre el PIAC, una a nivel de vicecancilleres y otra a nivel de cancilleres. Además, los ministros de Exteriores de Irán y otros tres países europeos, así como la alta representante de la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, mantuvieron una reunión para abordar las medidas destinadas a compensar la salida de EE.UU. del acuerdo nuclear.

Asimismo, Irán ha activado el artículo 36 estipulado en el tratado, que implica que, si cualquier parte del pacto firmado no cumple con sus compromisos, Irán puede remitir el asunto a la Comisión Conjunta Irán-G5+1, y en el caso de un incumplimiento por parte de Irán, otros pueden hacer lo mismo.

En los encuentros que Teherán mantuvo con el resto de los firmantes del acuerdo, según el documento de la Cancillería iraní, los países europeos reconocieron que el levantamiento de las sanciones y el posterior disfrute de Irán de los beneficios económicos de tal medida formaban una parte crucial del PIAC, y se comprometieron a adoptar “soluciones prácticas” para lograr ese objetivo.

En el marco de dichas reuniones, las partes europeas se comprometieron a:

  • Mantener y fortalecer unas relaciones económicas más amplias en diferentes áreas con Irán;
  • Mantener canales financieros efectivos para las interacciones con Irán;
  • Seguir con las exportaciones de crudo, condensado de gas natural, productos derivados del petróleo y petroquímicos de Irán;
  • Dar continuidad al transporte marítimo, terrestre, aéreo y ferroviario de Irán;
  • Reforzar las coberturas de créditos a la exportación;
  • Apoyar clara y efectivamente a los actores económicos que comercian con Irán, en particular las pequeñas y medianas empresas, que son, en realidad, los principales contribuyentes a muchas economías;
  • Incentivar una mayor inversión en Irán;
  • Reunir a expertos del sector público y privado en Irán, incluso mediante el fortalecimiento de los consejos empresariales;
  • Brindar un apoyo práctico al comercio y la inversión en Irán;
  • Respaldar a las empresas ante los efectos transfronterizos de las sanciones de Estados Unidos.

 

El Instrumento de Apoyo a los Intercambios Comerciales (Instex, por su acrónimo en inglés), creado por las partes europeas del acuerdo nuclear para mantener su comercio no monetario con Irán eludiendo los embargos de Washington, fue uno de los más de diez compromisos asumidos por los cancilleres de los países europeos, pero transcurrido un año todavía no ha sido puesto en práctica.

En el último año, la República Islámica ofreció muchas oportunidades para solucionar los problemas creados debido a la salida de Washington del pacto nuclear a través de la diplomacia, pero, desafortunadamente, las otras partes no han aprovechado estas oportunidades.

El país persa también ha lanzado las debidas advertencias a Alemania, Francia y el Reino Unido, tanto en la carta de Rohani a los mandatarios de los tres países europeos como en las 16 misivas que envió el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, a Mogherini.

En estas epístolas se señaló explícitamente que, si los intereses de Irán no se protegían, como se estipula en el pacto, el siguiente paso a dar sería la suspensión parcial o total de sus medidas voluntarias, de conformidad con los derechos establecidos en los artículos 26 y 36 del tratado.

Ahora que el mundo es testigo de la buena voluntad de Irán y a la vez observa cómo EE.UU. ha violado sus compromisos respecto al PIAC, la República Islámica reduce, a partir de este 8 de mayo, sus compromisos establecidos en el pacto a fin de recompensar las acciones de las partes en la aplicación del convenio y velar por los intereses nacionales del país persa.

De igual modo, da un plazo de 60 días al resto de los signatarios para que cumplan los compromisos que adquirieron con Irán mediante el acuerdo nuclear, en especial en lo tocante a los sectores bancario y petrolero. De lo contrario, Irán suspenderá gradualmente más medidas voluntarias en el marco del convenio, conforme a los artículos 26 y 30 del mismo.

Estas medidas incluirán la suspensión de limitaciones aplicadas en virtud del tratado respecto al mantenimiento del uranio enriquecido y las reservas de agua pesada y, en segundo lugar, la suspensión de restricciones relacionadas con el nivel del enriquecimiento de uranio y las actividades para modernizar el reactor de agua pesada de Arak.

El Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán ha advertido de una respuesta contundente de parte del país persa ante cualquier actuación irresponsable en su contra.

La República Islámica está dispuesta a continuar las consultas a todos los niveles con el resto de los signatarios del acuerdo nuclear.

Irán ha participado en las negociaciones para alcanzar el acuerdo nuclear de buena voluntad y lo implementó también de buena voluntad, así que ahora ha llegado la hora de que el resto de los firmantes demuestren su buena voluntad y tomen medidas prácticas para salvar el convenio.

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