“Si resolvemos las diferencias en el aspecto técnico, pero no conseguimos resolver el asunto de las sanciones, no llegaremos a un acuerdo”, ha declarado el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).
“Si resolvemos las diferencias en el aspecto técnico, pero no conseguimos resolver el asunto de las sanciones, no llegaremos a un acuerdo”, ha declarado Salehi en una rueda de prensa en la ciudad suiza de Lausana.
El titular iraní ha tachado de “difícil” la reciente ronda de conversaciones nucleares entre Irán y el G5+1 (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania) y asegura que la delegación iraní está “trabajando duro” para conseguir un pacto definitivo.
Salehi también informa de que ha habido avances en los detalles técnicos y que se ha podido llegar a un “entendimiento significativo” en algunos aspectos técnicos en discusión entre el país persa y el Sexteto.
“Hemos llegado a un entendimiento significativo en lo legal y técnico. Hay uno o dos puntos que están siendo problemáticos y tenemos que ver si podremos resolverlos”, precisa.
“Hemos llegado a un entendimiento significativo en lo legal y técnico. Hay uno o dos puntos que están siendo problemáticos y tenemos que ver si podremos resolverlos”.
Irán y el Grupo 5+1 dialogan desde hace año y medio para alcanzar un acuerdo definitivo sobre el programa de energía nuclear iraní, después de conseguir uno preliminar en noviembre de 2013 en la ciudad suiza de Ginebra.
El acuerdo inicial, que se prorrogó en dos ocasiones, determina un plazo límite que vence el próximo 30 de junio para sellar un pacto definitivo sobre el programa nuclear de Teherán.
Irán insiste en que cualquier acuerdo integral debe contemplar el levantamiento total de las sanciones, y el reconocimiento del derecho del país persa al enriquecimiento de uranio.
El viernes el vicecanciller de Irán, Seyed Abás Araqchi, reveló que Irán y el G5+1 habían llegado a un acuerdo sobre la planta de enriquecimiento de uranio de Frodo.
El futuro de la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo era uno de los puntos en disputa entre el país persa y las seis potencias mundiales, ya que EE.UU. y sus aliados alegaban sin prueba alguna que a dicho centro nuclear podría dársele un uso militar y, por ello, insistían en su clausura.
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