• El primer ministro de El Líbano, Saad Hariri, Beirut, 29 de octubre de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: miércoles, 30 de octubre de 2019 2:36
Actualizada: miércoles, 30 de octubre de 2019 6:47

Estados Unidos, en un nuevo acto injerencista, insta a las autoridades de El Líbano a formar un nuevo Gobierno tras la renuncia del premier Saad Hariri.

Tras conocerse la renuncia de Hariri, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en un mensaje, ha pedido este martes a los líderes políticos libaneses que formen “urgentemente” un nuevo Gobierno.

“Estados Unidos pide a los líderes políticos de El Líbano que faciliten urgentemente la formación de un nuevo Gobierno que pueda construir un Líbano estable, próspero y seguro que responda a las necesidades de sus ciudadanos”, dice Pompeo en el comunicado.

Sin embargo, el presidente libanés, Michel Aoun, ha descartado por ahora la creación de un Gabinete provisional. De hecho, todavía está estudiando la dimisión presentada por Hariri.

Pompeo, además, exige en su nota el fin de cualquier acción violenta o provocación y llama al Ejército y a los servicios de seguridad de El Líbano a continuar garantizando los derechos y la seguridad de los manifestantes.

“Calma” viene pidiendo a los libaneses el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, y para ello ha invitado al diálogo a la cúpula política. También la pide el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), insistiendo en que cualquier solución a la crisis debería evitar el “caos” y el “vacío de poder”.

Estados Unidos pide a los líderes políticos de Líbano que faciliten urgentemente la formación de un nuevo gobierno que pueda construir un Líbano estable, próspero y seguro que responda a las necesidades de sus ciudadanos”, dice el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en un comunicado, tras conocerse la renuncia del premier libanés, Saad Hariri.

 

Hariri ha entregado este martes su renuncia a Aoun, argumentando que, tras dos semanas de protestas callejeras sin precedentes, había llegado a un “callejón sin salida”. No es la primera vez, en noviembre de 2017, renunció por sorpresa en un discurso televisado desde Arabia Saudí debido a las fuertes presiones del Gobierno de Riad, pero en aquella oportunidad Aoun no aceptó su dimisión.

Las protestas en El Líbano, que comenzaron el pasado 17 de octubre en reacción al plan de Hariri de imponer gravámenes al uso de la aplicación de mensajería WhatsApp, se centraron de seguido en la corrupción política y la crisis económica. Y aunque el Gobierno del premier libanés aprobó el lunes 21 de octubre una serie de reformas y el presupuesto para el año 2020, las protestas siguen en pie. 

Dada la violencia desatada por algunos manifestantes, Hezbolá advierte de los esfuerzos de ciertos países árabes ribereños del Golfo Pérsico, como Arabia Saudí, para explotar las protestas con el objetivo de desestabilizar y destruir la unidad del país.

El Líbano, destruido por una guerra civil (1975-1990), tiene una deuda de alrededor de 86 000 millones de dólares, lo que representa más del 150 % del PIB, una de las mayores del mundo, y su deuda soberana hace tiempo cayó por debajo del nivel del bono basura.

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